“La política pública no la hace solo el gobierno, la hacemos entre todes”
Así se expresó Viviana Rancaño, directora del Instituto de Formación Docente de San Carlos de Bariloche, Río Negro, en el marco de la campaña “Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil”
En el año internacional por la erradicación del trabajo infantil, el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) participa de la campaña comunicacional “Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil”, que lleva adelante un conjunto de países nucleados en la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil (TI).
En ese marco, Viviana Rancaño, docente, directora del Instituto de Formación Docente de San Carlos de Bariloche, Río Negro, y referente de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación de esa provincia, aseguró que la pandemia “profundizó” la problemática del TI. “Veníamos de un gobierno nacional neoliberal muy agresivo, frente a las políticas públicas, con una ausencia muy grande de política pública que pueda albergar a la infancia y la adolescencia en proyectos”, agregó.
–¿La pandemia agudizó la problemática en el país? ¿De qué modo?
-Claramente la agudizó, la profundizó. Veníamos de un gobierno nacional neoliberal muy agresivo, frente a las políticas públicas, con una ausencia muy grande de política pública que pueda albergar a la infancia y la adolescencia en proyectos. En lo económico también teníamos una crisis profunda y en el 2020, con otro gobierno y con un inicio de pandemia, eso no se pudo reparar.
Fueron un par de meses que comenzaron a volver a pensar y a trabajar desde otra ideología, otra perspectiva de lo que es el Estado, de lo que es el pueblo, y realmente no alcanzó. Esos meses de inicio de un nuevo gobierno no llegó a reparar todo lo que habíamos perdido en esos cuatro años en el Gobierno de Macri.
–¿De qué manera la pandemia evidenció las desigualdades en el sector educativo específicamente?
-Hablamos del reemplazo de la modalidad presencial en entornos digitales. En la mayor parte del país el acceso a Internet es restringido. Hay que tener un dinero para abonar el servicio de Internet, pero además hay lugares que ni siquiera tienen la accesibilidad.
Los otros modos que el Estado nacional propuso, que eran las clases televisivas, cuadernillos, no llegaron a reemplazar la presencia en las escuelas porque el estar en la escuela no es solamente el enseñar y la currícula. Si no es una política de Estado que alberga, da el desayuno, el refrigerio, el almuerzo, da la contención, no sólo para esa niño, niña, niñe que viene a la escuela, si no a la familia. Entonces ese estar en casa, no tener el acceso a la escuela, no permitió que tuvieran acceso no sólo a estudiar, aprender, si no a comer, a estar contenidos, a resolver situaciones sociales internas de la familia.
–También la escuela es el lugar de la escucha de las situaciones que viven los chicos y chicas en las casas…
-Lo que sabemos y siempre propusimos como docentes es que tal vez es en la escuela, y más en la primera infancia, que les docentes van encontrando en el desenvolvimiento de la niñez algunos problemas individuales que hablan de que hay situaciones conflictivas en las familias. A veces les niñes no pueden decirte qué está pasando, pero sí viendo cómo se desenvuelve, cómo habla, cómo no habla, por qué no habla, por qué no juega, es un indicio que te dice cosas.
Y en la secundaria mucho más. Ese vínculo entre les profesores y les adolescentes que es muy diverso, tal vez no sea el vinculo de empatía con todes les profesores, pero sí cada adolescente va encontrando en esa comunidad educativa a quién referirse y a quién contar eso que le está pasando.
–¿Cómo se manejaron en ese sentido en la pandemia?
-Al no tener la presencialidad lo hemos intentado hacer a través de las videollamadas, los grupos de WhatsApp, ha sido lo más democrático, lo más barato.
–¿Cómo lo vivieron en el Instituto de formación docente?
-Tengo muches estudiantes de los profesorados que para su formación se vienen a vivir a San Carlos de Bariloche pero son de otras localidades, de Comayo, Jacabaci, Pilcaniyeu. En la pandemia quedaron en sus pueblos. Y si están en un paraje alejado el único acceso es llegar a la escuela rural, conectarse y acceder a la plataforma del instituto para poder bajar las clases. Hemos perdido estudiantes en el camino en la pandemia.
– ¿Cree que la combinación entre la agudización de la pobreza y la falta de conectividad hizo que muchas familias recurrieron al trabajo Infantil?
-No tenemos estadísticas. Lo que tenemos es la certeza que muchas familias se quedaron sin trabajo, y en los tiempos de aislamiento era muy difícil para aquellos que tenían trabajos temporarios o de tipo cooperativa, vendedores ambulantes, por ejemplo. Perjudicó y agudizó el no poder acceder y ahí estuvo en parte el Estado nacional y provincial pero no alcanzaron las Tarjetas Alimentarias, los módulos de alimentos. No alcanzó para que una familia se recupere.
Se vieron más situaciones en que las hermanas se quedaron a cargo de los más chicos para que su familia adulta salga a trabajar. Lo que sentimos es que al no estar en la escuela ese niños, se quedaban en casa y al cuidado de sus hermanos mayores. Sentimos que esa responsabilidad también es trabajo infantil aunque no sea remunerado.
Por lo menos en el territorio se ve que se abrieron muchas ferias en las casas vendiendo ropa, los muebles que tenían. En la pandemia se empezó a ver muchas ferias. Si uno caminaba por los barrios veía que sacaban a la vereda lo que tenían para vender o intercambiar. Muchos en las rutas nacionales y provinciales, personas que venden alimentos con sus hijos al lado. Y eso no sería adecuado para que estén los niños y niñas.
–¿Le parece que la sociedad argentina es tolerante o justifica el Trabajo Infantil?
-Es difícil hacer un análisis porque tenemos una Ley del sistema de protección integral de derechos de Niños, Niñas y Adolescentes muy reciente, de 2006. Cada provincia ha promulgado su ley en la jurisdicción, pero ese cambio de paradigma de pensar que el único trabajo para la niñez y adolescencia seria ir a la escuela es muy reciente. La educación secundaria es obligatoria también a partir de 2006. En general terminabas la escuela primaria y te decían ¿querés seguir estudiando?
Obviamente el Estado nacional ha desarrollado la creación de escuelas secundarias pero recién en 2006 fue obligatoria. Eso hace que recién estemos caminando. Tuvimos una ley de patronato con mas de 100 años. Cuando había un conflicto en la familia el niño quedaba a cargo del juez que estaba de turno. En cambio, ahora con al ley de protección integral se piensa al niño como un sujeto de derechos y por lo tanto se escucha, se intenta que ese niño no se desarraigue de la familia; se intenta desde las Secretarías de Infancia pensar qué es lo mejor para no separar a ese niño de la familia. Pero en el imaginario social está eso de que si se trabaja desde joven va a aprender, va a tener otras herramientas y no es así.
–Se dice que mejor trabajen y que no estén drogados en la esquina…
-Que no se esté drogando, o hurtando… La verdad es que por el desarrollo de la personalidad, de un sujeto necesita ese tiempo de formación en la escuela. Tenemos una ley de protección integral hasta los 18 años. Se intenta a nivel internacional por los convenios que tenemos que se pueda acceder a un trabajo joven recién luego de terminar la escolaridad obligatoria de cada país. Hay propuestas para el trabajo desde los 16 años si es un trabajo familiar, está en la ley laboral. Podría colaborar en ese oficio que tiene la familia o en ese comercio a partir de los 14, pero con adecuaciones. Los jóvenes se tienen que formar, tiene que tener esa infancia, jugar, para desarrollar todas sus potencialidades.
–¿Estos ejes son parte de la Formación Docente?
-Si, nosotros también junto con la Ley Nacional de Educación la Formación Docente se federalizó. Tenemos un Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD) que está en coherencia con la ley de educación, por lo tanto los lineamientos son generales para todo el país, se incluye la ley de Educación Sexual Integral, las leyes nuevas de diversidad de género, de protección de la violencia hacia las mujeres, de identidad.
–¿Podemos pensar que los futuros maestros tienen en su formación estas perspectivas?
-En todas las curriculas de Formación Docente se encuentra el desarrollo de la normativa, la política educativa y la formación. De todas maneras, para los estudiantes de Formación Docente y les docentes también implica deconstruirse. Nosotros entramos con otra perspectiva. Por más que esté la norma, los nuevos paradigmas se construyen en el territorio. Lo podés haber estudiado en la formación docente pero si no lo desarrollas en tu práctica profesional, en tu oficio de enseñar, es difícil que puedas cambiar y puedas transmitirles eso a las familias.
–¿Qué importancia tiene la participación de los sindicatos en espacios como la CONAETI para la erradicación del TI?
-Como sindicatos es nuestra responsabilidad estar. Lo que tenemos claro es que en esta nueva perspectiva o paradigma de derechos humanos el Estado y las políticas públicas necesitan de nuestra participación como sociedad civil. No solo instituciones del Estado sino la participación de organizaciones sociales, gremiales, de nuestra voz, de nuestra construcción política gremial, porque entendemos que este sistema integral de protección tiene que estar impulsado por todas estas organizaciones. La política pública no la hace solo el gobierno, la hacemos entre todes. Entonces, esas políticas que tienen que estas más allá de los gobiernos, tiene que se parte de un Estado que cuide al ciudadano y a ciudadana, que la proteja. Por eso estamos en esas comisiones, en ese trabajo territorial. Estamos alertas y participando, con lo que vamos aprendiendo cada una desde nuestro lugar. Nosotras en la Educación, otros compañeros están en Salud, y ahí podemos ver a esa niña, niño, niñe, de manera integral.
Nosotros estamos participando pero es responsabilidad del Estado que no haya Trabajo Infantil, que haya seguimiento, control, que haya escuelas.
Lo que siempre decimos es que la gran deuda de la educación argentina es la educación de la primera infancia. Si tuviéramos un jardín por escuela primaria todas las niñas tendrían lugar e igualdad de oportunidades para comenzar una vida distinta. Más allá de si los adultos trabajan, tienen con quien dejarlos. Que tengan el derecho. A partir de allí se va a cambar la vida de esa niñez.
*FARCO es parte de la campaña Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil, de la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil
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