Lunes 31 de Mayo del 2021 - Nacionales

“La política pública debe nacer con las voces de los que viven en los territorios”

Así se expresó Darío Lacuadra, de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) e integrante de la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI), en el marco de la campaña “Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil”.

Escuchar/Descargar la entrevista a Darío Lacuadra, de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) e integrante de la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI).

En el año internacional por la erradicación del trabajo infantil, el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) participa de la campaña comunicacional “Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil”, que lleva adelante un conjunto de países nucleados en la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil.

En ese marco, Darío Lacuadra, referente de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) e integrante de la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI), se refirió al rol de la UATRE para prevenir y erradicar el TI en el sector, sostuvo que el trabajo infantil “no es una problemática que esté en las agendas” de los gobiernos “como se merece”, y aseguró que “la política pública debe nacer con las voces de los que viven en los territorios”.

-¿Cuál es su rol específicamente en esta temática desde el sindicato?

-Una de mis tareas es trabajar en prevención y erradicación del Trabajo Infantil rural en una comisión que fundamos en el año 2000, la CIPETI, pero veníamos trabajando desde la organización sindical desde 1995. Nuestra organización tiene bajo su órbita la obra social de los Trabajadores Rurales. Los trabajadores sociales de la obra social aportan mucho en la prevención y erradicación del trabajo infantil.

-¿Cómo caracteriza la problemática en Argentina? ¿Cree que la pandemia la agudizó?

-La temática es compleja y multicausal. Desde los años que venimos trabajando no he conocido ningún gobierno que tome el tema con la seriedad que le compete. Sí hubo gobiernos que han trabajado en infancias, pero el trabajo infantil no es una problemática que esté en agenda como se merece.

Hay una cuestión cultural que tiene que ver con que no se ha trabajado el fenómeno cultural de los empleadores que todavía creen que hay ciudadanos de primera y de segunda; no se ha trabajado desde las universidades: en su mayoría los que explotan a la familias y niños son todos universitarios. Creo que culturalmente habría que hacer una revisión de qué profesionales salieron de esos espacios porque esos empleadores son universitarios. Creo que desde lo cultual el silencio de los responsables sigue intacto. Me gustaría saber las voces de las universidades, porque sus egresados son los que explotan a niños y niñas en el campo.

Y el segundo factor cultural tiene que ver con la propia familia, con su historia de que el trabajo los dignifica. El trabajo dignifica a ese trabajador adulto, pero de alguna manera ese niño ve como futuro posible el trabajo y se inicia en ese ámbito del trabajo con su propia familia, con vulnerabilidades de todo tipo.

Yo me encuentro con empresarios egresados de universidades privadas que explotando a estas personas y negándoles el agua mientras están realizando la tarea, por ejemplo. Ese es uno de los abordajes que hay que darse.

-¿Cómo se aborda desde el sindicato?

-Nosotros desde la organización sindical realmente estamos haciendo un trabajo más profundo porque el secretario general, José Voytenko, es el presidente del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores, que tiene un Directorio en el que están representantes de las cuatro entidades representativas de la parte empleadora y UATRE. El registro se ha puesto a trabajar seriamente en lo que son a las inspecciones laborales.

En el marco de la pandemia, a grandes rasgos, de septiembre a la fecha, de 1.000 trabajadores encontrados en condiciones de explotación tenés unos 50 niños y 70 adolescentes en trabajo adolescente no protegido o las peores formas de trabajo infantil.

Estas inspecciones laborales son complejas, difíciles, participa el Ministerio de Trabajo y la organización sindical. Se pueden hacer porque el RENATRE ha creado una unidad de inteligencia, que se ha puesto en el hombro el trabajo especifico. Creo que falta trabajar mucho desde el lado sociológico, antropológico, sobre qué pasa con la sociedad, qué sucede que no se respeta la infancia.

-¿El sector empleador no se ve como parte del problema?

-No se ve a sí mismo como parte del problema. Justamente como sindicato somos parte del Comité Evaluador de un proyecto que se llama Offside, marcando la cancha, que cuenta con apoyo del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Nuestra organización es parte del comité evaluador, tiene que ver con acciones concretas en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza. En la primera evaluación que acabamos de hacer observamos la ausencia del sector empleador, que no ha brindado información.

Tomando a Paulo Freire, se da una cuestión de opresor y oprimido. Hubo un funcionario de la gestión de Macri que decía “yo me llevo muy bien con los trabajadores, porque hasta se sientan en mi mesa”. Yo pensaba “qué atraso”. Y por otro lado cuando veo a las grandes entidades empleadoras dicen “somos el campo” yo me pregunto “¿qué parte del campo sos?”. ¿Del campo que tienen que ver con nuestra historia que se simboliza con civilización o barbarie? ¿O qué campo son? Por eso digo que el silencio de los responsables sigue intacto.

-¿Cómo se abordan los casos a partir de las inspecciones?

-Hace poco una empresa no permitía a una familia salir del campo, la familia tenía una niña con leucemia. Lo detectamos en una inspección. La cuestión es también con quien articular, cómo darle contención a esa familia, conseguir una escuela, un nuevo trabajo, cumplir con las leyes. Tenemos la Ley 26.061 de Protección integral de derechos de Niños, Niñas y Adolescentes que dice que se deben crear oficinas locales y en algunos lugares no están creadas.

El proceso de articulación cuesta mucho. Cuesta mucho en Argentina porque aún sigue asentada en muchísimos lugares en la derivación y no en la corresponsabilidad de las políticas. Nuestra organización es corresponsable. La historia de nuestra organización no empieza y termina en una inspección laboral sino en qué sucede con ese niño, con esa familia. Por eso el tratamiento de la problemática no se agota en una multa; la multa no resuelve los problemas de fondo. Hay que repensar en los territorios, que nuevas fuentes de trabajo se pueden crear, que nuevas formas de empleo se pueden dar, y de eso no se están ocupando.

-¿Qué particularidades se dan en el caso del trabajo infantil doméstico?

-Casi siempre se ha destinado el trabajo doméstico a las niñas; si alguien tenía que estudiar en esa familia humilde que la niña se quede en casa y el chico salga; aunque ahora son los dos los que están en el trabajo infantil.

En un taller con mujeres salió que la mayoría dormía con la luz prendida. Una de ellas planteó que la luz prendida era para que ningún miembro de la familia entrara en su habitación, para no correr riesgos. También el TI se da en otros lugres. Tuvimos una causa de trabajo adolescente no protegido en la zona del mercado central.

Sus papas trabajaban en La Salada y estos adolescentes tenían su emprendimiento con cinco adultos a cargo que cosían. En realidad, una precarización laboral en la que estaban todos, sus papás en La Salada, los adultos con sus máquinas, los chicos que no podían terminar su escuela secundaria. Se requiere una decisión nacional y a nivel de las provincias. Lo interesante sería que este niño pueda terminar la secundaria porque el empleo requiere mucho conocimiento. No alcanza con tener la primaria terminada para tu primer empleo

Por eso hace falta una decisión política contundente que no la he visto. Nosotros instamos a que los gobiernos elaboren políticas públicas no desde un escritorio. La política pública debe nacer desde los territorios, con las voces de los que viven en los territorios. Formamos parte de la plataforma de monitoreo de las metas 2030 nuestra función es observar que el Estado argentino cumpla con las metas.

-¿Cuáles son las principales consecuencias del TI a lo largo de la vida?

-El trabajo infantil acarrea muchísimas consecuencias físicas, psíquicas y sociales. Físicas, sobre todo, porque en situación de trabajo muchas de las actividades se utilizan agroquímicos. Esa es una de las principales, por más que los niños no los utilicen sus papás sí. Si no tienen cuestiones de seguridad y salud, porque muchas veces el empleador no las asume, el niño trabaja a los 7 u 8 años y empiezan a aparecer en su salud a los 25 años. A la Argentina ingresan productos agroquímicos que en otros países no se utilizan.

En cuanto a las consecuencias sociales, no es lo mismo un niño que asiste todos los días  a la escuela que uno que no asiste ¿Cómo sostenes una amistad cuando vos vas una vez por semana a la escuela si el otro va todos los días? Ese proceso de socialización es complejo.

Creo que la pandemia trae repensarnos como personas en qué cosa podemos cambiar; nos pone en ese lugar de finitud y espero que el sector empleador lo comprenda y que los gobernantes también; la pandemia llegó para darnos algo, para que trabajemos por el que más necesita.

-¿Las políticas de asistencia económica, como Asignación Universal por Hijo (AUH) e Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) colaboraron durante la pandemia?

El sector empleador rural no se puede quejar porque ha ganado fortunas en el marco de la pandemia. Los trabajadores rurales siguieron haciendo sus tareas como siempre; la AUH ha hecho muchísimo pero no alcanza porque cada vez la pérdida de empleo no se recupera. Eso complejiza muchísimo más la situación, como también complejiza la situación tener en el sector trabajadores no registrados. Un trabajador registrado tiene acceso a las prestaciones de salud, aporta, va a poder jubilarse, aporta a la seguridad social, hay una gran franja que al no estar registrado ese aporte podría servir para esa política pública. La pobreza es enorme, un 60%, te das cuenta cuando recorres la Argentina.

A la AUH yo creo que hay que focalizarla, reforzarla sacando recursos de los que más tienen.  Tienen que poner los que siempre se quedaron con lo ajeno. Creo que hay que fortalecer la AUH con una política de desarrollo de los territorios de empelo decente para los adultos. Hay que recuperar el trabajo decente para los adultos en todas las provincias y mirar las formas de producción en todos los sectores.

*FARCO es parte de la campaña Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil, de la Iniciativa RegionalAmérica Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil

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