Trabajo Infantil: “Muchas veces el tema está y se lo esconde bajo la alfombra”
Así se expresó Gustavo Ponce, especialista en la temática del Trabajo Infantil de la Organización Internacional del Trabajo en Argentina, en el marco de la campaña Enfrentemos la pandemia sin trabajo infantil.
Escuchar/Descargar la entrevista a Gustavo Ponce, especialista en la temática sobre el Trabajo Infantil de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina.
En el año internacional por la erradicación del trabajo infantil, el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) participa de la campaña comunicacional Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil, que lleva adelante un conjunto de países nucleados en la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil.
En ese marco, Gustavo Ponce, especialista en la temática de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina, aseguró que “muchas veces el tema está (Trabajo Infantil) y se lo esconde bajo la alfombra”. También, entre otros ítems, se refirió a las consecuencias de la incorporación temprana al mercado de trabajo de niños, niñas y adolescentes y si el contexto actual de emergencia sanitaria por la pandemia profundizó la problemática.
–¿La pandemia de COVID-19 agudizó la problemática del Trabajo Infantil (TI)? ¿En qué sectores específicamente?
No podemos identificar un sector en particular con la información que tenemos ahora. Sí en el trabajo infantil doméstico. Por la pandemia y con el tema de permanecer dentro de los hogares como una de las estrategias para combatirla se ha redistribuido la carga horaria de tareas y la dinámica familiar. Es muy probable que tenga incidencia mayor en la carga de trabajo infantil doméstico principalmente de las niñas. Pero también tenemos información más cualitativa de sindicatos, como el de ladrilleros, donde dicen que se ha incrementado en el sector. Pero no tenemos un informe que pueda decir cuánto y en qué sectores específicos.
–¿Cuáles serían las metodologías para conocer la dinámica del problema? ¿Cuales son las fuentes?
Una sería la encuesta de UNICEF que ha hecho preguntas concretamente a adolescentes en pandemia; más allá de las mediciones estamos en contacto permanente con organizaciones de gobierno, sindicatos, empleadores. La pandemia impacta en la economía de los hogares, y la economía de los hogares es una de las cuestiones que determina que haya mas chicos y chicas trabajando.
–¿Cuáles son las consecuencias en los niños, niñas y adolescentes que se incorporan al trabajo?
-Hay consecuencias clásicas que están muy probadas de lo que es la incorporación temprana al mercado de trabajo. Una tiene que ver con la terminalidad educativa. El ingreso temprano al mercado de trabajo u otro tipo de actividades como auto productivas, o el TI doméstico intenso van en contra de la asistencia a la escuela. En este contexto de pandemia es otro tema particular sobre todo a lo que es la calidad de aprendizaje.
Las consecuencia depende del tipo de trabajo. Pueden ser muchas y muy variadas. Si un chico hace trabajo con herramientas de corte o con peso, o se vincula con pesticidas, eso tiene un impacto a mediano plazo en la salud de las personas, lo sepan o no. Al darle la mano a un ladrillero que trabajó siendo niño, ahí te das cuenta de los impactos en la salud, en lo físico y, sobre todo, lo mas básico que a veces no queda claro o hay una visión romántica, es que son responsabilidades de adultos en niños y niñas.
No es lo mismo que ayudes en un comercio a tus papás un fin de semana o en vacaciones, que puede hasta tener una dimensión lúdica o ver cómo es la actividad, que tener la responsabilidad de ser parte del ingreso y el sustento familiar. Una cosa es levantar la mesa o tender una cama y otra cosa es cocinar cuando no están tus papás para tus hermanos menores y llevarlos a la escuela.
–En la legislación argentina se contempla el trabajo adolescente en ciertas condiciones.
-El trabajo adolescente protegido puede ser entre los 16 y 17 años pero sabemos que es lo que menos ocurre. Uno de los elementos que se tiene que comprender es que no interceda con su trayectoria escolar y eso es casi lo primero que ocurre por la cantidad de horas que trabaja o tienen que cambiar de turno, o comienzan un trabajo pero sin condiciones de lo que llamamos trabajo decente registrado.
–La producción de ladrillos y la agricultura suelen aparecer como actividades con mucho trabajo infantil. ¿Es así?
-No es por la actividad ladrillera. Pienso que en realidad ha tomado visibilidad por el compromiso que tiene el sindicato UOLRA con el tema. Muchas veces el tema está y se lo esconde bajo la alfombra. En este caso el sindicato lo tiene como tema de agenda y muy arriba; realiza actividades permanentes sobre el tema. Y no tiene que ver solo con la fiscalización. Lo punitivo es necesario pero lo que se necesita es combatir la tolerancia social al trabajo infantil. La comunicación juega un rol muy importante porque es poder acercar una visión distinta a la familia. Hay muchos determinantes del TI pero uno importante es la tolerancia, la visión positiva que hay. Muchas veces
se piensa que el ingreso temprano al mercado de trabajo responsabiliza a los niños y los va entrenando, cuando en realidad en la campaña “100 años 100 voces” vimos niños que no sabían lo que es un espacio de juegos y les falta el cuidado de un adulto. Cuando entrevistas a un niño, o ya de grande, no va a culpabilizar a sus padres, muchas veces se trata de que los padres no pueden más y el TI es una estrategia de supervivencia del núcleo familiar; pero si les volvés a preguntar y a ninguno le hubiera gustado dejar la escuela y salir a trabajar.
-¿Qué puede decir sobre experiencias como los centros de cuidado infantil vinculados a la producción y otras políticas frente al tema?
-Este tipo de iniciativa surgieron en el sector tabacalero y fueron también desde el lado gubernamental, se ha expandido porque se ha visto que los niños van al surco o cosechas con los padres, en empaque o en alguna actividad de secado de hoja de tabaco porque no tienen dónde dejarlos, entonces los jardines o centros de cuidado infantil han sido una respuesta interesante que surgió también en Santa Fe, en Misiones, Buenos aires tiene también.
Lo que no hay todavía es algo más generalizado como respuesta y en algunos casos se sobre dimensionan. Creo que estos centros de cuidado funcionan como un dique, son un elemento que retrasa o permite que el niño no tenga que ir a acompañar a sus padres que no tienen dónde dejarlo, pero el otro elemento tiene que ver con la educación de los padres, con la oportunidad de trabajo, con si tiene trabajo registrado o no, la protección social, los planes sociales. En ese conjunto hay que ver el valor de los centros de cuidado pero no es central.
–¿Cree que las políticas como la Asignación Universal por Hijo (AUH), el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y otros programas de transferencias de ingreso pueden colaborar con el tema en pandemia?
-Sí, por supuesto, esta probado que sí. Pero es un elemento más dentro de todos los que deberían estar. La respuesta es una respuesta integral. Todos los programas de transferencia condicionadas han dado resultado fue el caso de México, Brasil, y acá en Argentina la transferencia a los hogares es relevante, un elemento que favorece que los niños no permanezcan en el circuito laboral, pero es un elemento más. No es central. En realidad para ser claros, es un elemento que ayuda pero no es suficiente.
–¿Qué otras políticas se considera que los Estados deberían tomar para abordar más integralmente?
-Hay dos elementos clásicos. Los niños y niñas no trabajan en el aire. Trabajan con sus familias. El 60% esto en el ámbito agrícola está más naturalizado. Lo que haría que ser mas activo es encontrar esos puntos de ruptura en la repitencia escolar, donde se va produciendo el desgranamiento de niños y niñas y empieza a tensionarse la trayectoria escolar con el ingreso temprano al trabajo. La educación es clave. En este momento estamos junto con Unicef y el ministerio de Educación y otros actores en un programa que se llama Generación Única, que tiene que ver con garantizar la terminalidad educativa, encontrar las respuestas y modos de favorecer la conectividad en escuelas que no la tienen. A mayor educación y calidad educativa, y escuelas que no dejen afuera a los adolescentes mas probabilidad tenemos de que el ingreso al mercado laboral se produzca más tarde y en mejores condiciones.
Otra cuestión básica es el acceso a la salud. Argentina tiene un sistema de salud muy importante y capilarizado a través de los Centros de Atención Primaria de la Salud y ahí hay un contacto y detección, circuitos de notificación del daño en la salud cuando es por una cuestión laboral. Si un chiquito se intoxica o se lastima con una herramienta de corte el primer lugar al que va es ahí. Eso no puede pasar como un accidente más; debe notificarse y activarse resortes para que eso no suceda.
–¿Qué rol les cabe a los empresarios cuando, por ejemplo, se paga el trabajo agrícola por peso o cantidad de acopio de un cultivo y no por hora como se pagan otros trabajos?
-El empleador tiene un conocimiento que es saber hacer su negocio; la idea no es que reemplace al Estado pero sí que haga su negocio en el marco de la ley y es justamente que en su cadena de valor no haya niños y niñas trabajando. Para esto se espera un rol activo por parte de los empleadores. La imagen del camión de yerba mate con los trabajadores arriba con toda la familia es una postal clásica del norte argentino. Lo que hace falta de parte de los empleadores es ir un paso más; hay experiencias donde se han agrupado, se ha debatido, se ha trabajado mucho sobre la cadena de valor; es muy importante trabajar con los proveedores, y no ver solo el último eslabón.
Hay sectores en Argentina que ni siquiera lo vemos. Por ejemplo el TI en la pesca artesanal es importante en el sector del Litoral. El TI en el agro está probado que es el 60 o 70% a nivel global.
Tiene que ver con condiciones y con las condiciones de pago, el pago a destajo es muy tradicional en el agro; es un punto que habría que revisar porque favorece que las familias trabajen entera sobre todo cuando se trata de cultivos intensivos que hay que hacer en poco tiempo. Se busca maximizar la ganancia a través de sumar toda la fuerza laboral incluso con el núcleo familiar.
–¿Qué valor estratégico tienen herramientas como el Modelo de Identificación de Riesgo de Trabajo Infantil (MIRTI)?
-Nos parece central porque la política publica que es justamente lo que nos permite achicar la brecha entre lo que debería ser y lo que es es mucho más eficiente en la media que se toman decisiones basadas en evidencia. El MIRTI (http://www.trabajo.gob.ar/estadisticas/eanna/mirti.asp) no nos dice cuantos niños y niñas trabajan hay en tal lugar. Nos habla del riesgo. Es una primera aproximación de utilidad. En la provincia de Santa Fe se hizo hace poco un estudio sobre donde construir centros de cuidado vinculándolo con el MIRTI esto nos parece de un valor enorme porque se piensa que es todo homogéneo, ahora sabemos que tal región es una zona mas critica. Si tenes un recurso que administrar la forma de mejor administrarlos es ponerlos a partir de la evaluación del riesgo.
*FARCO es parte de la campaña Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil, de la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil
*Imagen: consumocuidado.tv
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