Lunes 14 de Junio del 2021 - Nacionales

Trabajo infantil: “La pandemia vino a profundizar desigualdades preexistentes”

Así se expresó la coordinadora del Observatorio de Trabajo Infantil y Adolescente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Anahí Aizpuru, en el marco de la campaña Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil.

Escuchar/descargar la entrevista a Anahí Aizpuru, coordinadora del Observatorio de Trabajo Infantil y Adolescente del Ministerio de Trabajo de la Nación.

En el año internacional por la erradicación del trabajo infantil, el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) participa de la campaña comunicacional “Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil”, que lleva adelante un conjunto de países nucleados en la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil.

En ese marco, la coordinadora del Observatorio de Trabajo Infantil y Adolescente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Anahí Aizpuru, aseguró que la pandemia “vino a profundizar desigualdades pre-existentes” y manifestó su preocupación por el posible incremento del trabajo infantil. 

¿Cómo se relaciona el contexto de pandemia con la problemática del trabajo infantil?

-La pandemia provocó una crisis del tejido social y del comportamiento económico a nivel mundial, regional y en la Argentina también. Tiene que ver con las medidas que se derivaron de las distintas fases: el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio tenía un principal objetivo que era cuidar la salud de la población, para poder enfrentar la crisis en condiciones sanitarias, para que todos los argentinos y argentinas tuvieran una cama disponible y no colapsara el sistema de salud. Obviamente eso significa un impacto muy fuerte en lo económico y por supuesto en lo social.

La pandemia vino a profundizar desigualdades existentes, y en ese marco la preocupación sobre la posibilidad de que se hayan incrementado las actividades domésticas que realizan los niños al interior del hogar porque los padres tenían que seguir trabajando y los niños se quedaron solos cuidando a sus hermanos. Por ejemplo, todo el sector salud, que no solamente son médicos y enfermeros, también personal de limpieza, por ejemplo, tuvo que dejar sus hogares y no siempre en sus hogares cuentan con la presencia de otros adultos que se puedan hacer cargo de niños y niñas.

Por supuesto, hay una preocupación fuerte y con relación en lo que ha sucedido con niños niñas y adolescentes vinculado a actividades económicas que habitualmente se conocen como actividades del mercado y actividades que habitualmente se conoce como el cuidado y la atención de personas convivientes en el hogar.

Por otro lado, también hay un esfuerzo de la escuela en sostener la educación ya sea mediante clases virtuales o, en algunos casos, acercando los materiales a la familia en los contextos rurales donde la conectividad era débil. Hubo todo un empeño en una distribución por parte del Ministerio de Educación de materiales impresos que hacían llegar a la familia y eso también tuvo un impacto solamente por el cambio que implica contar con una educación no mediada por el docente en forma presencial.

En la mediación del docente estuvo el tema que la presencialidad además nos sirve recrear todos los procesos de socialización, de encuentro y de un montón de situaciones que son sin duda irreemplazables. Pero, en este contexto, se dieron casos de niños que tuvieron que hacerse cargo de acompañar en las tareas escolares a los más pequeños; la preocupación sobre esta sobrecarga de actividades que podría darse al interior del hogar con la asistencia a los más chiquitos en la realización de quehaceres domésticos son todas grandes preguntas que aparecen frente a  este contexto.

¿Como Observatorio pudieron relevar datos en la pandemia?

-Los datos que nosotros como Observatorio construimos para comprender el trabajo infantil son principalmente con una encuesta que desarrollamos en colaboración con el INDEC, qué es la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes, la EANA.

El último dato disponible es de 2016-17. Esta encuesta obviamente no nos aporta información sobre la situación de pandemia, pero presenta algunas pistas sobre las cuales pensar de qué manera la pandemia impacta, por ejemplo, en la situación que comentábamos. En relación a las tareas domésticas, la EANA nos da información sobre la participación de estas actividades en términos de género,  se van perfilando roles y tiene que ver con estereotipos de género.

Nosotros vemos que entre los más pequeños esos roles son más igualitarios y a medida que se va creciendo se van presentando brechas cada vez más pronunciadas. Entre los adolescentes las brechas de participación en este tipo de actividades son más fuertes entre los entre los pequeños.

La encuesta si bien no tiene datos específicos sobre la incidencia y un trabajo infantil en pandemia, sí nos da elementos para saber dónde mirar. Por ejemplo, condiciones en que se da el trabajo infantil tienen que ver con el trabajo de las adultos. A mayor informalidad laboral en los padres o familiares los niños acompañan muchas veces esas actividades de los adultos. Entonces, si crece la informalidad obviamente eso nos alerta acerca de qué pasa con el trabajo infantil en este contexto de vulneración de derechos que se dan en el mundo laboral. Partiendo de esta idea de que la crisis ha incrementado de estas desigualdades  hay que mirar las políticas que desarrolló del Estado nacional.

¿Cuáles fueron?

Es importante tener presente que muchas de estas políticas fueron dirigidas a la infancia, que complementan la asignación universal por hijo, la tarjeta alimentar,  la ampliación de la tarjeta alimentar, es decir que se extiende el rango etario por el cual es la familia percibe esta tarjeta; las políticas de sostenimiento del empleo  y el sostenimiento del empleo; las políticas como el IFE y hoy el Repro son dos políticas que están orientadas a mitigar el efecto de la crisis que si no hubieran existido la situación hubiera sido muchísimo más compleja.

¿Los datos que ustedes producen pueden aportar en el diseño de esas políticas?

-En el último mes nosotros estuvimos participando de una capacitación para las áreas de protección de derechos del nivel local. Se generan encuentros regionales, donde participaban tanto de las provincias como de los municipios, los efectores del sistema de protección social y quienes están a cargo de las comisiones provinciales de erradicación del trabajo infantil de las provincias, (COPRETI).

En este encuentro que se organiza entre la SENAF (Secretaría de Niñez, Adolescencia y familias) y la Comisión Nacional por la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI) que también tiene sede en nuestro Ministerio, se presentaron y se reflexionó sobre los datos.

Muchas veces, desde una mirada más urgente, lo que se intenta captar es cuál es la incidencia de trabajo infantil y cuántos son los niños y niñas que realizan actividades teniendo en cuenta las distintas dimensiones que nosotros proponemos. Pero es importante poder desmenuzar que pasa al interior de cada una de esas  actividades, poder comprender en que marcó sean esas actividades, si se dan en el marco familiar, si se dan para un patrón, cuáles son las consecuencias sobre la educación y actividades revisen cierta peligrosidad; complejizar estos problemas. Los encuentros se dieron una vez por semana y reunieron a quienes integran el sistema protección de derechos de las COPRETIS fueron espacios de reflexión y pudimos trabajar entre otras cosas con estos datos.

También tenemos otra herramienta es muy interesante que es el modelo de interior riesgo de trabajo infantil que desarrolló OIT y CEPAL, que permite conocer la probabilidad de ocurrencia del fenómeno en todas las provincias y también a nivel departamental; es importante porque complementa la información de la EAANA. La EANA  nos aporta información sobre el total nacional y sobre las regiones; tiene representatividad estadística por región entonces en la EANA no sabemos qué pasa en cada provincia y queremos saber qué pasa entonces ya tenemos que ir a la región, contextualizar el fenómeno en relación a la región pero con el MIRTI tenemos la posibilidad de comprender cómo en los territorios se presentan condiciones y pueden ser indicios que haya más o menos riesgo de trabajo infantil; es una metodología que utiliza la encuesta y el censo de población y vivienda. 

Sobre la EANA se estiman los principales condicionantes del trabajo; se evalúa el peso que tiene cada uno de sus factores y se trasladan luego el censo.  Entonces con la información del censo, que tiene una apertura por departamentos, se puede estimar la  ocurrencia de fenómenos.

-¿Qué variables cruzan?

Son un conjunto de factores asociados: se tiene en cuenta el porcentaje de población rural de la provincia, niños y niñas con necesidades básicas insatisfechas, poblaciones sin cobertura de salud, cobertura de la Asignación Universal por Hijo. Los factores asociados pueden ser factores condicionantes o factores de protección.

Para ver cómo se comporta en estos territorios ahora estamos en campo haciendo un relevamiento telefónico. Estamos haciendo un estudio cualitativo sobre los teléfonos que teníamos en la base de la EANA rural para llegar a esos mismos hogares y poder comprender qué sucedió en el contexto de pandemia y qué diferencias hay con la prepandemia. 

También tuvimos la oportunidad de incorporar una pregunta a la encuesta que desarrolla Unicef, que lleva adelante diversos estudios rápido a partir de esa encuesta.  A partir de la tercera ronda se pudieron incorporar algunas preguntas que a nosotros nos interesa Esta no es la Fuente principal sobre trabajo infantil porque no es una encuesta específica, simplemente queríamos mirar algunas cuestiones que nos pudieron dar algunas alarmas. Tuvimos la posibilidad de incorporar algunas preguntas que tengan que ver con las actividades de cuidado.

*FARCO es parte de la campaña Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil, de la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil

*Foto: comunasweb.com.ar

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