Viernes 04 de Junio del 2021 - Nacionales

“En la ley de trabajadoras de casas particulares está clara la prohibición del trabajo infantil”

Así se expresó Juana del Carmen Brítez, referente de la Unión de Personal de Casas Particulares (UPCP) en el marco de la campaña “Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil”.

En el año internacional por la erradicación del trabajo infantil, el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) participa de la campaña comunicacional “Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil”, que lleva adelante un conjunto de países nucleados en la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil.

En ese marco, Juana del Carmen Brítez, referente de la Unión de Personal de Casas Particulares (UPCP), asociación con 90 mil afiliados y afiliadas en todo el país, aseguró que la pandemia agudizó la problemática del trabajo infantil (TI), como en otros aspectos. También pidió políticas públicas que protejan a los niños, niñas y adolescentes y destacó el trabajo que realiza el sindicato no sólo para que los trabajadores y trabajadores tengan información sino también para concientizar al empleador.

¿Cree que la pandemia agudizó la problemática del trabajo infantil?

-Creo que problemática sí fue agudizada en todos los aspectos. No solamente el trabajo infantil, sino el encierro que una familia tuvo que sufrir en la pandemia. En el trabajo doméstico la preocupación de las trabajadoras de que el empleador no les querían pagar el sueldo si no trabajaban. Buscaban los medios para poder ir a trabajar. Hubo muchos casos de violencia. Y el hecho de las trabajadoras con cama adentro que no pudieron salir más, incluso los fines de semana que pasaban con sus hijos, eso se les cortó.

¿Qué particularidades tiene el trabajo infantil en el ámbito del empleo doméstico?

-En Argentina es una de las cuestiones importantes, incluso en el interior del país se ve mucho que traen del campo, de los lugares alejados, a las capitales para que trabajen. Pero, a su vez, no hay tanta información y está naturalizado esto de que vayan a buscar una trabajadora menor de edad diciendo que le van a pagar los estudios, que le van a pagar un sueldo, después eso no pasa. Inclusive hasta llegan a tenerlas en el encierro.

-¿Por las dificultades en la pandemia cree que más chicos hicieron TI en la propia casa?

-Por otro lado está el tema del trabajo infantil familiar, donde los menores de la familia cuidan a los más chicos. Entra en juego el tema del cuidado no remunerado. Las madres que hacen este trabajo del cuidado tuvieron que dejar a cargo de los hermanos el cuidado de los más chicos. Ahí es donde decimos que tiene que haber políticas públicas, donde el Estado le permita a esa trabajadora poder proteger a sus hijos.

Si bien hubo un encierro, las trabajadoras buscaban los medios para salir a trabajar igual. Y para muchas trabajadoras que antes no salían la forma más rápida de buscar trabajo es el trabajo doméstico. Eso hizo que se agudice que los chicos dentro de su casa también tengan que compartir las tareas familiares más allá de las escolares.

¿Cómo trabajan desde UPAC en la temática de trabajo infantil?

-Lo importante que tiene UPAC es que trabaja muchísimo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en campañas de visibilización del trabajo infantil. Pertenecemos a la CONAETI y COPRETI. Hay un fuerte trabajo contra el trabajo infantil en esto de capacitar para llevar la información no solamente a los trabajadores y trabajadoras sino también a  los empleadores, que tienen que saber que en la ley de trabajadoras de casas particulares, donde está la prohibición del trabajo infantil a menores de 16 años. Cuando son entre 16 y 18 necesitan la autorización de los padres pero también las horas de trabajo son menores que el trabajo adulto.

¿Qué tipo de trabajo doméstico se considera riesgoso?

-La ley no habla de cuáles son riesgosos, pero lo que hace es proteger la educación de niños, niñas y adolescentes. Como decimos en nuestra escuela de capacitación cuyo lema es «un país no educado lleva en camino a la esclavitud». Se trata de tener la posibilidad de que niños y niñas ocupen el tiempo en educación, en ocio, en juego, es fundamental.

En la 100 conferencia de la OIT se hizo un trabajo de «100 años, 100 voces». Nosotros fuimos muy activos con declaraciones de trabajadoras de casas particulares donde muchas tenían ilusiones de una vida distinta; una tenía su ilusión de ser médica pero empezó a trabajar de muy chica, otras que venían del campo y tenían que ayudar en la casa…muchas te decían que las traían a las ciudades para darles educación y terminaban cuidado a los hijos de los empleadores con una edad de 9 o 10 años. Creo que al trabajo infantil no se le está dando la importancia de visibilización que merece.

¿Por qué no le damos importancia?

-Me parece que no hay muchas políticas públicas más allá de las leyes. Creo que hay que trabajar en las campañas.  En el trabajo doméstico cuesta mucho más porque es dentro de una casa de familia, donde hay una prohibición de fiscalización, no se puede ingresar a la propiedad privada. Al estar naturalizado no hay denuncias de trabajo infantil, al menos a nosotros o nos llegan.

Creo que para el Estado no es un punto principal, si bien está en la agenda no es lo más importante. Vienen el tema de violencia y acoso laboral, el trabajo remunerado y no remunerado, el tema de la informalidad y como último el trabajo infantil.

¿Cómo juega en eso el nivel de registración de trabajadoras domésticas en el país?

-Solo tenemos un 25% del total del padrón tanto de trabajadoras formales como informales de registración. Hay 1.300.000 informales y formalizadas unas 650.000, que con la pandemia habrá bajado a 600.000. Antes de 2013, que teníamos el decreto 326, había una registración de 45 mil trabajadoras. Pero ese decreto no cubría a todas. A partir de 2013, con la ley y la ratificación del convenio 189, salió como herramienta y voluntad política en ese momento de  Cristina Kirchner a darle la protección total. Ahí sí incorporó a todas las actividades del trabajo doméstico. La problemática es que tenés distintas modalidades: mensual, con cama, sin cama, 1 o 2 días a la semana. Y en el decreto anterior no estaba incluido todo ese abanico. En el 2013 eso cambia y hubo una gran formalización, pero aún queda un porcentaje enorme. La registración es obligatoria. No es que puedo elegir; cualquier persona que tenga una trabajadora debe registrarla, pero todavía no se toma conciencia.

¿Por qué cuesta tanto?

-Los empleadores no se ven como empleadores. Si tienen una PyME se ven como empleadores. Pero cuando vienen a su casa no se ven como empleadores dicen «la persona que me ayuda», «la persona a la que le regalo cosas»,  «la que me cuida a mis hijos».

Por otro lado, un gran porcentaje de trabajadoras no se siente trabajadora. Desde UPACP lo que hacemos son campañas y articulamos con los ministerios para decir tenemos una ley y corresponde que se registre. Es un derecho que tiene la trabajadora. Nos llevó 60 años poder modificar un decreto y tener una ley. Desde 2013 al 2021 todavía tenemos muchísimas trabajadora informales

¿Cuáles son los riesgos que corren las niñas?

-Primero no poder tener la educación que necesitan. El hecho de que las adolescentes empiecen a trabajar a tan temprana edad interrumpe la educación y el futuro. Y por otro lado el peligro de la situación que puedan pasar de las violencias, incluso sexuales.

*FARCO es parte de la campaña Enfrentemos la pandemia #SinTrabajoInfantil, de la Iniciativa RegionalAmérica Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil

Ver también:

“La política pública debe nacer con las voces de los que viven en los territorios”

Chaco aplica multas de casi 500 mil pesos por cada niño que se detecta siendo explotado

Abrieron dos espacios de acompañamiento educativo para chicos y chicas entre 13 y 17 años

Más Noticias