El agua que sobra es el Monte que falta
En la provincia, con las últimas lluvias, se sufren las consecuencias de los desmontes, incendios intencionales y mega obras viales e inmobiliarias no sustentables con el ambiente.
Escuchar / Descargar el reporte de Radio Tortuga de Alta Gracia (Córdoba).
Pocos días atrás, la provincia de Córdoba sufrió la crecida de los ríos serranos luego de las intensas lluvias que causaron desastres en diferentes localidades del Valle de Punilla. Huerta Grande, La Falda y Villa Giardino fueron las principales afectadas.
El suceso, lejos de definirse como una «catástrofe natural», deja a la luz la pérdida de bosque nativo que la provincia viene sufriendo en las últimas décadas.
Según la Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM), fueron 340.000 hectáreas quemadas durante 2020. A su vez, el promedio anual de 6.000 hectáreas desmontadas en 2014-2019, las improvisadas intervenciones viales en zona serrana, la expansión incesante de cultivos industriales y la destrucción de cuencas hídricas definen una realidad de vulnerabilidad extrema. A esto, también se le suman los intereses inmobiliarios en zonas protegidas y las obras faraónicas que el gobierno provincial realizó e intenta hacer, sin los recaudos ambientales necesarios.
Radio Tortuga conversó con Alejandra Perisset, integrante de la Asamblea Paravachasca, quien explica las razones de lo ocurrido.
«Esto es algo que se viene planteando desde las asambleas, organizaciones sociales, especialistas e instituciones que han dicho que esta es una de las consecuencias de la pérdida de cobertura vegetal enorme que se viene produciendo en la provincia y la pérdida del bosque nativos. Obviamente, se pierde uno de los servicios ecosistémicos principales que presta el bosque que es actuar como esponja, precisamente para que el agua no escurra y ocurra las inundaciones de la semana pasada.Esto si no se revierte se va a agravar con el tiempo porque sabemos que es una de las consecuencias de la deforestación», comentó Alejandra.
En este contexto, actualmente sólo queda un 3% del bosque nativo en toda la provincia de Córdoba y la complicidad de los gobiernos de turno, y parte de los sectores agropecuarios e inmobiliarios, cuentan con responsabilidad al respecto.
«No podemos catalogarlo como catástrofes naturales, evidentemente acá hay responsabilidades. Hay falta de controles, hay actividades que se llevan adelante con autorizaciones en base a excepciones, hay un incumplimiento de lo que establece el marco legal en relación a nuestro bosque nativo, a nuestras zonas de alto valor de conservación. Por eso no podemos decir que se debe a las intensas lluvias, sino que lo que está sucediendo es a consecuencia de la pérdida del bosque nativo en la provincia», destacó Alejandra Perisset.
En respuesta a lo acontecido, vecinos y vecinas autoconvocadas, así como organizaciones sociales y ambientales se expresaron en las redes sociales con una contundente frase: «El agua que sobre es el Monte que falta».