El triunvirato de conducción conformado por Héctor Daer (Sanidad), Pablo Moyano (Camioneros) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio). Se crearon ocho nuevas secretarías con una reforma del estatuto que busca garantizar una mayor participación femenina.

Cobertura por Lucas Molinari, Lautaro Fernández Elem y Leonardo Martín para Radio Gráfica.

“Unidad”, fue la palabra más repetida en un Congreso del cual participaron 150 organizaciones sindicales de las diferentes vertientes del movimiento obrero que se integraron en el nuevo Consejo Directivo de la Central. A diferencia del Congreso normalizador de 2016, con una mayor representatividad, con la creación de ocho nuevas secretarías y con modificaciones estatutarias para que la mujeres tengan una mayor participación en las decisiones de la central. Hubo una evaluación general positiva por parte de los dirigentes presentes en Parque Norte con mayor cautela de cara al funcionamiento futuro.

Continuidad con cambios. Así se podría sintetizar la nueva configuración de la CGT sellada en el Congreso para renovar autoridades. En la secretaría general se mantiene la figura del triunvirato con Héctor Daer de Sanidad como representantes de los llamados gremios “gordos” e “independientes”; Carlos Acuña de Estaciones de Servicio y referente del barrionuevismo y la inclusión de Pablo Moyano de Camioneros, con el respaldo de los gremios que integran el Frente Sindical y la gran mayoría sindicatos del transporte nucleados en la CATT. El esquema es similar al de la normalización de CGT en 2016 en donde Juan Carlos Schmid representaba en ese entonces al moyanismo. De allí para abajo hay algunas diferencias a tener en cuenta.

Volviendo a hacer la comparación con la normalización de 2016, un lustro después sí participaron de la unidad con representación en el Consejo Directivo la Corriente Federal de Trabajadores y organizaciones que en ese momento estaban integradas al Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) como SMATA, Unión Ferroviaria y Luz y Fuerza, entre otras, hoy encolumnadas en otros espacios. Esas organizaciones se integraron en Secretarías o fueron incorporadas a las 10 vocalías con las que cuenta la CGT. De los gremios de porte en cantidad de trabajadores representados, repitiendo lo ocurrido cinco años atrás, entonces comandada por el “Momo” Venegas, no participó la UATRE.

En síntesis, hay una representación que hoy es prácticamente total del entramado y las diversas vertientes de gremios confederados en CGT. El desafío principal parece ser su sostenimiento en el tiempo y la genuina participación que se verá como se implementa efectivamente. Otra cuenta pendiente es la elaboración de un programa o “cinco o seis puntos” de consenso básico que guíe la acción política en la coyuntura concreta como han señalado espacios sindicales y dirigentes.

Como ocurre en todo Congreso los referentes fueron tomando la palabra con un cierre de los tres secretarios generales. Héctor Daer fue responsable del cierre donde remarcó la importancia “consagrar la unidad en un Consejo Directivo que represente la totalidad de los matices que tiene el movimiento obrero organizado”.

“Esta CGT tiene que ser parte de las decisiones políticas de nuestro país. No podemos estar ajenos. Esas decisiones marcan el futuro del país. Hay veces que no se tiene el termómetro de los trabajan. Y cuando no se tiene el termómetro de los que trabajan todos corremos el riesgo de equivocarnos“, agregó.

“No vemos enemigos por ver enemigos. Queremos que el desarrollo de nuestro país traiga prosperidad al pueblo. Para eso necesitamos de un Estado. No de un Estado ausente o de un Estado inservible. Necesitamos el Estado que reclama el compañero Andrés a los funcionarios de este y todos los gobiernos: un estado que articule la ayuda social”, concluyó el referente de Sanidad.

El que no estuvo presente fue Pablo Moyano inicialmente por “temas de salud”, pero en el run run de los pasillos de Parque Norte no se descartaba que sea por otros motivos propios del armado final de la CGT. Finalmente participó en forma virtual con un discurso que fue el más confrontativo.

“Es un día histórico luego de tantos años distanciamiento entre los dirigentes hoy se pudo lograr la unidad total del movimiento obrero”, destacó el referente camionero.

“Esta CGT no va a ser apéndice de ningún gobierno, sino que con su autonomía hemos presentado este plan para ir presentado propuestas y soluciones a los problemas que hoy sufren los trabajadores. Hoy vemos con preocupación como la derecha recalcitrante vuelve a la carga por los derechos de los trabajadores. Esa misma reforma laboral que quisieron llevar adelante Macri y Triaca hoy no la disimulan”, afirmó.

“Responden a intereses antiperonistas y antitrabajadores representados por Clarín, La Nación, Paolo Rocca y Techint. Desde este Congreso decimos que vamos a derrotar cualquier intento de sacarle un solo derecho a los trabajadores”, desafió.

“El único gobierno que no le va a sacar derechos a los trabajadores es un gobierno peronista”, concluyó Pablo Moyano.

Carlos Acuña, por su lado, agregó: “No estamos confundidos pero también queremos advertirles a aquellos que hablan en campaña de reformas laborales. ¿Ustedes se imaginan a esos legisladores que representan a los empresarios ayudando a los trabajadores? Hacen campaña para que ayuden su campaña. Estamos preparados. A algunos no les alcanza con ser funcionarios, se quieren quedar con las obras sociales y se quieren quedar con los convenios colectivos de trabajo y eso no lo vamos a permitir. Vamos a conquistar todo lo que necesitan los trabajadores, y quienes no tienen trabajo que lo puedan recuperar. Esa va a ser la prioridad de la CGT”.

Una de las disputas hasta último momento se dio en torno a la participación en el secretariado general de sindicatos de la industria. El nombre que proponían los gremios del sector era el de Antonio Caló, titular de la Unión Obrera Metalúrgica, gremio industrial con más afiliados en el país.

En esa pulseada se terminó imponiendo la permanencia en el cargo de Carlos Acuña, desplazando a la UOM a la secretaría de Interior. Dentro de las secretarías es una de las más relevantes en la interna gremial porque es la responsable de la normalización y relación con las delegaciones regionales de la CGT.

El malestar fue concreto, con una reunión que la Confederación de Gremios Industriales realizó en SMATA el martes por la tarde, donde la decisión, pese a algún amague previo, fue la de participar del Congreso.

Dos aspectos importantes de la reforma del estatuto votada positivamente en el Congreso. De las actuales 25 secretarías que componen el Consejo Directivo se agregaron ocho nuevas, cuatro de ellas como parte de un desdoblamiento de actuales secretarías y las restantes como respuestas a nuevos desafíos.

Entre las nuevas se encuentran la de Protección a la niñez; Medio Ambiente; Asuntos Municipales; Asuntos Energéticos; Innovación y Futuro del Trabajo e Infraestructura y Servicios Pùblicos.

Las que son parte de un desdoblamiento son: Vivienda, Turismo, Cultura y Ciencia y Técnica.

Otro punto relevante de la reforma es la mayor participación de las mujeres, hasta ahora con una sola presencia en 35 cargos que tenía el Consejo Directivo. Las modificaciones realizadas obligan a que los gremios a cargo de una secretaría designe a un varón y una mujer que indistintamente puedan participar de las reuniones de Consejo Directivo.

Uno de los puntos que aclara el nuevo estatuto es que las reuniones deberán tener como mínimo un piso del 30% de participación femenina para ser válidas.

“Luchemos contra los sueños neoliberales de destruir los derechos sociales, laborales y sindicales. Rescatemos al trabajo para una vida digna de todas y todos los trabajadores”, expresó la CGT en un documento difundido como conclusiones del Congreso.

“Estamos dispuestos a discutir y concertar un plan que proyecto el crecimiento real de los salarios, las jubilaciones y beneficios sociales”, apuntaron desde CGT. “Reclamamos la convocatoria urgente a una mesa de negociación para definir un Programa Nacional de Empleo y Formación Profesional junto a empresarios y con el aporte que brinda el Estado para garantizar, entre otros, los derechos laborales y sociales de todos los trabajadores”, ampliaron.

Allí plantearon una serie de ejes como horizonte político. Entre ellos “el trabajo registrado como instrumento de inclusión social”; el “desarrollo con producción y ocupación”; la “promoción del hábitat para una vida digna”; “el diálogo social para una mayor legitimidad de las políticas públicas”; “el cambio tecnológico como herramienta de inclusión y progreso social”; y “atender el cambio climático para cuidar la casa común”, acorde a una agenda de creciente peso en tema ambiental y con una mirada de influencia del Papa Francisco.

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Gráfica - CABA