Carlos Fuentealba y la lucha actual por la educación pública
Tras cumplirse doce años del asesinato del docente neuquino, en la provincia de Buenos Aires, continúa el reclamo por salarios dignos y más y mejores escuelas. La memoria de Fuentealba, Sandra Calamano y Rubén Orlando Rodríguez, presente en la lucha docente.
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El 4 de abril de 2007 los docentes en lucha de Neuquén fueron brutalmente reprimidos y fue asesinado Carlos Fuentealba. Los manifestantes que reclamaban aumento salarial, ya se retiraban de un corte de Ruta cuando el oficial José Darío Poblete (integrante del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía) disparó una granada de gas lacrimógeno contra el auto en el que se encontraba Carlos Fuentealba. La orden la había dado el gobernador Jorge Sobisch. Gravemente herido en la cabeza, el maestro Carlos Fuentealba murió al día siguiente.
Tenía 40 años. Dictaba clases de Química en un colegio de uno de los barrios más pobres de Neuquén Capital.
Doce años después, en la provincia de Buenos Aires, la lucha docente continúa la pelea por salarios dignos. Pero también, frente a la gobernadora María Eugenia Vidal, exigen más y mejores escuelas. Denuncian el abandono en infraestructura al que se pone en riesgo a miles de niños, niñas y trabajadores de la educación.
Las denuncias de abandono de infraestructura remite a una herida que aun duele en la Provincia de Buenos Aires: la muerte de Sandra Calamano y Rubén Orlando Rodríguez. Murieron en la explosión de la escuela N°49 «Nicolás Avellaneda» de la localidad bonaerense de Moreno, el 2 de agosto de 2018. Sandra era vicedirectora del establecimiento educativo y Rubén Orlando Rodríguez, portero del lugar y quien trabajaba allí desde hacía 30 años.
Antes de la tragedia, los sindicatos provinciales, como SUTEBA, ya denunciaban el abandono de infraestructura escolar. Roberto Baradel, así lo señalaba. Pero desde el Gobierno de María Eugenia Vidal, la campaña contra los trabajadores docentes no reparaba en los peligros que escondía sus recortes de presupuesto.
La vice directora fallecida en la escuela había denunciado reiteradas veces la pérdida de gas del establecimiento educativo.
Escuelas en mal estado
En La Plata, durante el mes de marzo hubo protestas, corte de calle y abrazos simbólicos a diversas escuelas y jardines de infantes. Los motivos se repiten: las comunidades educativas denunciaron que las escuelas no tienen agua, con peligro de derrumbe, sin comida para los niños, que la falta de instituciones del Estado dejan sin cupo y sin educación a los pequeños.
En el barrio Melchor Romero, los padres cortaron una calle en reclamo por la falta de servicios en el Jardín 908, que no permite continuar con la regularidad del ciclo lectivo. “El Jardín está en un completo abandono”.
La Escuela de Estética Nº 2, en el centro de La Plata, recibió el mes de marzo con una advertencia: riesgo de derrumbe del edificio. “Tuvimos que hacer la mudanza nosotros y en un sólo día. Estamos desolados. Estamos solas. Contamos con el apoyo de los padres de los niños. Pero tenemos que enfrentarnos a condiciones indignas de trabajo y de educación para los niños”, denunció Laura Belmonte, docente de la Escuela de Estética nº 2 y delegada de SUTEBA La Plata.
A los riesgos y abandonos de infraestructura, se suma la falta de jardines para centenares de niños. En la localidad platense de Abasto, el Jardín 930 tiene aproximadamente 300 niños que no ingresaron, en lista de espera. “Se anunció la creación de cinco jardines de infantes nuevos en la ciudad, pero nunca se hicieron y tampoco hay datos concretos de inicio de obras”, sostuvo Gustavo Sotelo, delegado de Sindicato de Obreros y Empleados de la Minoridad y la Educación (SOEME).
Ante situaciones críticas, el cuerpo docente sigue en pie de lucha reivindicando la memoria de Carlos Fuentealba, Sandra Calamano y Rubén Orlando Rodríguez y continuarán con reclamos por mejores salarios, más y mejores escuelas para toda las comunidades educativas.
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