Se multiplican las crisis en grandes industrias y las pagan los trabajadores
Celulosa Argentina, Ternium y Acindar enfrentan una caída en la producción y las consecuencias la pagan trabajadores y trabajadoras. MIentras tanto, el gobierno nacional no homologó la paritaria del sector.
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Las crisis industriales se profundizan y golpean a grandes empresas del sector como Celulosa Argentina, Ternium y Acindar. En todos los casos, los efectos recaen sobre los trabajadores, con suspensiones y pérdidas salariales, principalmente.
En el caso de Celulosa Argentina, la empresa ya detuvo la producción en sus plantas de Capitán Bermúdez (Santa Fe) y Zárate (Buenos Aires). En mayo cayó en default, en junio presentó una propuesta de reestructuración financiera que quedó trabada, y al 31 de julio sigue sin resolución. Ya enfrenta un pedido de quiebra.
Mientras tanto, Ternium, del grupo Techint, cerró el primer semestre del año con una pérdida operativa y márgenes históricamente bajos. La producción en su planta de Villa Constitución está paralizada desde el 26 de julio y se retomaría recién el lunes 4 de agosto.
“Se venía trabajando al 50% de capacidad, con un solo horno en funcionamiento. La situación es grave y crítica”, explicó Pablo Piparra, secretario general de la UOM local, en diálogo con Radio Ahijuna. La planta cuenta con 940 trabajadores directos y casi mil más de contratistas.
En Acindar, también propiedad de Techint, aparecen nuevos indicios de reconversión productiva. Las etiquetas del acero que comercializa ya informan origen China y la firma figura como importadora.
A este panorama se suma el conflicto por las paritarias del sector metalúrgico, que aún no fueron homologadas por el gobierno nacional. “Las empresas que quieren la pagan y las otras no. Eso genera más desigualdad y empuja a la conflictividad”, denunció Fabián Salvatierra, de la UOM Quilmes y la CGT Regional.
“El acuerdo alcanzado entre la UOM y las cámaras empresarias está trabado por una decisión política del gobierno de Milei. Mientras tanto, los aumentos no llegan al bolsillo y cuando lo hagan, ya van a estar licuados”, advirtió.