Movilización por Úrsula Bahillo y por los femicidios de la provincia
También estuvo acompañando la movilización Paula Morales, madre de Leila Rodríguez, asesinada en 2018 en manos del femicida Esteban Pacheco.
Escuchar/Descargar el reporte de Guillermo Romero desde Radio Comunitaria La Lechuza de Pocito, San Juan.
En San Juan, en las intersecciones de Alem y Rivadavia, donde funciona la sede del Centro de Abordaje de Violencia Intrafamiliar y de Género (CAVIG), cientos de mujeres se reunieron para exigir justicia por los femicidios de Úrsula Bahillo y los que se cometieron en la provincia.
La joven oriunda de la localidad bonaerense de Rojas había denunciado 18 veces a su expareja y efectivo de la Policía de Buenos Aires, Matías Ezequiel Martínez, por violencia de género.
“A pesar de eso, las respuestas del sistema judicial no fueron más que la inacción, perpetuando los privilegios patriarcales de los que gozan los varones en este sistema. Y dejar sin ningún respaldo, protección y herramienta estatal a una joven que se acercó reiteradas veces buscando escucha, acompañamiento e intervención”, leyó de un comunicado colectivo una de las presentes en la movilización.
Además, el mensaje focalizó que “ante el reclamo y la bronca de sus familiares y amigues, la respuesta de las fuerzas de seguridad fue la represión”, refiriéndose a la primera movilización que se realizó frente a la Comisaría de Rojas y donde la Policía disparó balas de goma. Una de las víctimas de esa represión fue Nerina Moyano, amiga de Úrsula, quien recibió un impacto muy cerca de su ojo izquierdo.
También estuvo acompañando la movilización Paula Morales, madre de Leila Rodríguez, asesinada en 2018 en manos del femicida Esteban Pacheco.
Paula contó en Radio La Lechuza que en julio pasado se realizó el juicio que condenó a cadena perpetua a Pacheco. “Pero antes de eso tuve que hacer varias marchas, varios reclamos hasta que me escucharon y me dieron fecha de juicio”, recordó.
A pesar de la sentencia que recibió el asesino de su hija, Paula sostuvo que “la perpetua la llevamos nosotros y mi nieta, que ella la pide todos los días”.