En este Expreso FARCO, Radio La Mosquitera nos trae los testimonios de las mujeres que están encarceladas en Mendoza: ¿Qué pasa? ¿Qué ven y como la ven? ¿Qué rol cumple la cárcel y cuáles son las principales preocupaciones de las mujeres privadas de su libetad?

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«Queremos hablar sobre cómo vivimos acá el día a día, no es como la dibujan, como la cuentan y el que esta de este lado la sabe. Estamos cansadas de que nos repriman de la manera que nos reprimen, con perdigones, gas pimienta, ya estamos cansadas de eso. Estamos por errores que hemos cometidos, pero tampoco somos animales, somos seres humanos que hemos cometido errores como todos, porque no somos perfectos y no la pasamos bien acá. Queremos que nos escuchen y que sepan la verdad, como se vive acá”.

Radio La Mosquitera habló con Lola, que contó cómo se vive el encierro, la familia y la vida en donde la institución de la cárcel, empeora todo: «Resulta que en la Argentina no hay estudios con respecto a los hijos y las hijas de detenidos, no hay ninguna estadística que hable de heridas autoinfligidas, de depresión, de deserción escolar, del abandono, de los intentos de suicidios, de abuso, no hay nada, no hay ni un solo estudio que haga visibilizar esa situación que existe, pero de la que no se habla y de la que no se estudia».

«Tampoco se habla de los chicos que ya están judicializados justamente debido a esta cuestión, a esta soledad donde no tienen a quien recurrir y buscan lo que tienen más cercano a sus pares. No siempre son las mejores influencias y hay chicos que ya han sido judicializados, es decir, han pasado por alguna institución para menores o residen en una institución para menores«, subrayó.

El año pasado realizaron una huelga de hambre, en donde se planteó el tiempo que tardan en resolver los juicios y la prisión domiciliaria para mujeres con hijos e hijas a cargo. Esta huelga finalizó con un proyecto de Ley para resolver esto y que todavía sigue sin discutirse.

Al respecto Lola comentó que “cuando uno está privado de la libertad de tránsito, en realidad está todo el grupo familiar condenado. Ellos son los que transitan un extramuros pero en realidad están también condenados, digamos que hay situaciones que hacen empeorar todavía esta realidad. Por ejemplo si la mujer ha sido soporte económico,; por lo tanto duplica o empeora así gravemente la realidad de ese chico”.

¿Qué aire se respira en las cárceles y qué se logra con eso? Lola señaló que se “propicia el aislamiento y el dolor, permanentemente el dolor, entonces yo creo que hubo y que hay delitos, que se cometen delitos y no sé si castigo sería la mejor palabra pero también tendría que ayudar el crecimiento personal para que no se vaya uno y otra vez a lo mismo, exactamente a lo mismo; entonces después criticamos a esa población carcelaria o a otros grupos sociales como si se tratará de otra especie, o como si se tratará de un fenómeno ajeno a la sociedad o ajeno , digamos, a las propuestas de gobierno o a las conductas del gobierno inclusive, como si fuera algo ajeno y refutable, criticable y nada más, sin entender que somos todos parte».

«La cárcel debiera dejar de ser reclutiva porque no le sirve a nadie, hasta el más férreo defensor de la cuestión de que deben ser encarcelados, del endurecimiento de la pena debiera entender que esto no le sirve a nadie. No le sirve a la sociedad porque gasta un montón de plata que no sirve y no le sirve al preso por que no gana absolutamente nada, y digo ganar en el sentido de capacitación, ganar en el sentido de reinserción», explicó y agregó: «Hay que revisar todo y decir bueno esto se va a transformar en esto; ese cambio de paradigma eso es lo que sirve”.

Un cambio que, según Lola, es necesario y urgente: «Para no morir en una cuestión utópica, porque en realidad no es todo lo utópico de lo que se debería ser, estamos hablando de personas, de seres humanos, de jóvenes, una cantidad que es lo que más duele, que necesitan ‘esa oportunidad’, entre comillas, para salir adelante. Este tema hay que hablarlo, hay que destapar esta cuestión y decir la cárcel también forma parte de la sociedad, no endulzarlo con contexto de encierro, que yo entiendo por qué se hace, pero creo que no debiera hacerlo o por lo menos nosotras las que vivimos la realidad no debiéramos llamarlo así, debiéramos decir la cárcel”.

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