En este Expreso FARCO Radio Ahijuna nos acerca uno de los debates más importantes que se vienen en los nuevos tiempos: democracia económica.

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Hace 36 años la democracia daba los primeros pasos de su retorno con continuidad, cargada de justicia y esperanza. Los derechos fundamentales, nombrados por Raúl Alfonsín estaban presentes en ese discurso de campaña simple y certero. Una democracia que iba a alimentar, curar y educar.

Avances hubo, de todo tipo, no sin conflictos, sin escasez de reclamos: los derechos se consiguen, se luchan. Y aunque no todo es lo mismo en las democracias, también hubo represiones y muertes.

En el cierre de la campaña de la provincia de Buenos Aires, la vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, hizo referencia a la idea de democracia económica: «Democratizar el país y la economía, para que tener trabajo no vuelva a ser un privilegio, para que estudiar sea la misión que tengan los pibes, para que los científicos vuelvan a creer que el país los necesita, en lugar de pensar que se tienen que ir a otra parte».

Los derechos humanos abrieron la cancha para avanzar con la garantía de otra cantidad de derechos civiles y sociales. Sin dudas, la democracia con sus vaivenes y su neoliberalismo a cuestas, dio cuenta de ello.

El hambre, la pobreza y la indigencia, son una mueca buscada. Las coorporaciones, las multinacionales y el Estado a su servicio, atentan con el trabajo y sus formas, concentran los mercados, se apropian de los consumidores, la libertad del excluido -podríamos decirle-.

Enrique Martínez, director del Instituto para la Producción Popular, desarrolla la idea de democracia económica: «Partimos de la base que el concepto de democracia, en términos políticos y sociales, ha hecho carne en la comunidad, que efectivamente hasta los grupos más débiles y postergados, han peleado por sus derechos y han conseguido, y siguen consiguiendo éxitos importantes. Pero la democracia económica, es un término que no tiene ni siquiera definición popular: la gente no termina de reconocer cuales son sus derechos, solo sabe los derechos que no tiene: busca trabajar y depende del capital».

Y explicó: «Nosotros decimos que la democracia económica es una comunidad organizada, no alrededor del capital, sino alrededor del trabajo. Y que el eje central debe ser asegurar el derecho a trabajar de todo el individuo que quiera trabajar en forma autónoma, en forma colectiva pero sin un patrón, en relación de dependencia si así prefiere, pero que disponga de los elementos para poder trabajar: el acceso a la tierra, el acceso al capital, el acceso a la tecnología y el acceso de los consumidores de los bienes y servicios que ofrezcan y después decidirá si lo toma o no», y finalizó: «Si no se garantiza, en términos de comunidad, que cada uno de nosotros tenga acceso a esos elementos que mencione, no podemos hablar de democracia económica, podemos hablar de una economía organizada alrededor de la decisión de un pequeño grupo de personas, que marcan nuestras vidas hacia el futuro, y probablemente, hacia toda nuestra vida, de una manera que hemos verificado que en algunos casos es bastante lastimosa». 

Este es un debate que se viene, un debate ideológico del nuevo gobierno porque la urgencia y la emergencia no define un país. Y tampoco lo definen los que mienten, endeudan y fugan. 

En la presentación de Argentina Contra el Hambre, Nahuel Levaggi de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), también hizo referencia a democratizar: «Hay dos cuestiones a tener en cuenta, que es la tensión estructural que tiene el Estado, por un lado, un Estado integral que gobierna para todos y hace alianza con todos, y por el otro, las concesiones que le podemos ir sacando desde distintos sectores para que tiren para este lado. Ese programa «Argentina Contra el Hambre», tiene una parte de repartir comida para quienes la necesitan, pero dentro de eso lo que fuimos planteando es que para solucionar profundamente el problema del hambre, hay que democratizar la matriz productiva y la matriz de comercialización, y varios elementos de ese programa aportan en ese camino». 

«Cómo se lleva a cabo: los pingos se ven en la cancha, cuándo se lleve a cabo. Cualquier espacio que plantee la solución del problema del hambre, vamos a estar sentando nuestra posición», subrayó Levaggi.

Democracia económica será la meta, será el horizonte.

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