Viernes 16 de Diciembre del 2022 - Catar

Se viene la gran final, se agiganta la ilusión y crece la ansiedad

El tiempo no vuela, se arrastra y nosotros dejamos de mirarlo, porque mirar para abajo no sirve para nada. Domingo 12 del mediodía. Argentina de celeste y blanco. Francia de azul. A soñar, que de sueños se vive. Foto: Fernando Gens/Télam.

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¿Manijas por el mundial? ¡Manijas por la final! Desde el momento en que la Argentina se aseguró su lugar en el estadio Lusail el próximo domingo a las 12 (hora argentina), el tiempo se volvió chicle y se estira, lento, denso.

Así vamos desandando las horas, mientras esperamos a que se recupere el Papu Gómez, el único que no está aún en condiciones de salir a la cancha. Vemos que practican los habituales suplentes en el césped y los titulares en el gimnasio y nos enteramos que Nicolás González y Joaquín Correa, que no formaron parte de la lista final, se sumarán al plantel durante el fin de semana para que el grupo esté completo.

Miramos el reloj cada 10, 15, 25 minutos, y aún falta para que el polaco Szymon Marciniak pite el inicio contra Francia, una selección que pierde algunos soldados por la fiebre del camello, pero que tiene un plantel que puede darse el lujo de no contar con Rabiot, Coman ni Upamecano.

El tiempo no vuela, se arrastra y nosotros dejamos de mirarlo, porque mirar para abajo no sirve para nada. Mejor mirar para arriba, adivinar en qué nube está sentado el Diego, regodearnos en su sonrisa canchera y repasar las imágenes de Lionel sonriendo como un nene acostado contra una línea del campo, sabiendo que sus travesuras nos divierten, pero, sobre todo, nos invitan a soñar.

Domingo 12 del mediodía. Argentina de celeste y blanco. Francia de azul. Maradona en el cielo y Messi en la cancha. A soñar, viejo, que de sueños se vive.

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