El gobierno prepara el terreno para privatizar la empresa estatal que construye viviendas para las FFAA
Coviara atraviesa una profunda crisis institucional, financiera, laboral y legal, que sus propios trabajadores atribuyen al vaciamiento deliberado por parte de la gestión del ministro de Defensa, Luis Petri.
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El Gobierno nacional avanza en la privatización de Coviara, la empresa estatal creada en 1966 para construir viviendas destinadas al personal de las Fuerzas Armadas y otras dependencias del Ministerio de Defensa.
La compañía realizó más de 8.000 obras, incluyendo viviendas, hospitales, viveros y antenas para el Servicio Meteorológico Nacional. Hoy, Coviara atraviesa una profunda crisis institucional, financiera, laboral y legal, que sus propios trabajadores atribuyen al vaciamiento deliberado por parte de la gestión del ministro de Defensa, Luis Petri.
Denuncian que el objetivo es facilitar la privatización de la empresa, transfiriendo al mercado inmobiliario una gran cantidad de terrenos e inmuebles distribuidos en distintos puntos del país.
Sergio Boass, trabajador de Coviara, explicó en diálogo con Radio Trinchera que desde la asunción del nuevo directorio en febrero de 2024, se desató una crisis sin precedentes: “Casualmente fue cuando empezaron los problemas. Primero, no nos pagaron las paritarias durante casi ocho meses, en un semestre con una inflación altísima. Era como si nos pagaran la mitad del sueldo”.
Boass también relató que el directorio paralizó por completo las actividades: “No hicimos más obras. Nos quedamos con los departamentos ya construidos por gestiones anteriores”. También reveló un hecho inédito: por primera vez, los trabajadores de Coviara realizaron un paro y adhirieron a medidas de fuerza convocadas por ATE. “Decíamos que este gobierno al menos inauguró algo: el primer paro de Coviara en toda su historia”.
Aparte del reclamo salarial, la situación incluye que se paralizaron las ventas de viviendas, la principal fuente de financiamiento de la empresa. Tampoco se renovaron contratos de personal de maestranza y, actualmente, Coviara no cuenta siquiera con un departamento de contabilidad, ya que todos sus trabajadores renunciaron.
Adriana Tapia, también trabajadora de la empresa, recordó que los primeros reclamos comenzaron en noviembre de 2023, pero nunca obtuvieron respuesta. “Empezamos con notas individuales al directorio, no contestaban. Después hicimos reclamos colectivos y tampoco. No hay diálogo, no hay información, no hay certezas”.
En paralelo, el Gobierno inició un proceso para transformar a Coviara en una Sociedad Anónima Unipersonal (S.A.U.), paso previo a una posible fusión con Playas Ferroviarias S.A., una empresa bajo la órbita del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. Esta maniobra no garantiza la continuidad laboral de los trabajadores y trabajadoras.