Cristina se ofreció a liderar el peronismo para lograr un programa de gobierno junto a otras fuerzas
A través de una carta abierta publicada en sus redes sociales sostiene que nunca vio “en la Argentina contemporánea y democrática, que nuestro país en general, y el peronismo en particular, vivieran un momento como el actual”.
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner se ofreció a liderar el peronismo para ir por un programa de gobierno alternativo al del presidente Javier Milei junto a otras fuerzas políticas y sociales.
A través de una carta abierta publicada en sus redes sociales sostiene que nunca vio “en la Argentina contemporánea y democrática, que nuestro país en general, y el peronismo en particular, vivieran un momento como el actual”.
Con duras críticas a la gestión de Milei, a quien definió de “showman economista en la Rosada”, le preocupa la violencia del mandatario argentino. “El actor principal no sólo vocifera e insulta desde el escenario en forma cada vez más agresiva, violenta y soez a todo aquel que exprese una opinión diferente a la suya, sino que, además, avanza a hachazos sobre jubilados, universidades y hasta hospitales de salud mental”, completa CFK.
En esa línea, advierte que la figura del jefe de Estado “gritando y agraviando a diestra y siniestra ha comenzado a generar un clima de violencia generalizada que atraviesa todas las capas de la comunidad” y, a su vez, que el líder de La Libertad Avanza afirma “desde un mundo paralelo que solo existe en su imaginación, que los salarios y las jubilaciones le ganaron a la inflación y que las tarifas son baratas. Una suerte de extraño y peligroso “liderazgo” del caos y la destrucción del que nada bueno puede resultar para el conjunto de los argentinos”.
Carta abierta a los compañeros y compañeras peronistas, y a los argentinos que nunca lo fueron, también.https://t.co/yoh8fuOt6m pic.twitter.com/h8StzEGYIE
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) October 7, 2024
A raíz de ese contexto, plantea varias preguntas. “¿Cómo llegamos a este momento inédito? ¿Es solo por el fracaso de los dos últimos gobiernos democráticos? ¿O es que una parte de nuestra sociedad está dispuesta a soportar cualquier cosa antes de que gobierne un peronista?”. También se pregunta si “¿es una casualidad que los únicos dos presidentes con fuerte impronta anti peronista o anti kirchnerista -como más te guste-, sólo hayan podido llegar a la Casa Rosada a través del balotaje, como fueron los casos de Macri y Milei?. Y concluye: “¿Es el ADN del enfrentamiento que anida en los argentinos, como afirmó un importante prelado de la iglesia en la procesión a Luján el pasado día sábado?.
Para abordar y analizar estas cuestiones, arma una “breve cronología del desencuentro argentino: peronismo y antiperonismo. Liderazgo político y social”, que va desde fines de la dictadura y comienzos de la democracia hasta la actualidad, pasando por la etapa de la convertibilidad de la moneda argentina y el 1 a 1 con el dólar y la aplicación de las políticas del menemismo en esos años. También la crisis del 2001 y la salida con el gobierno de Néstor Kirchner y la continuidad de sus dos gestiones.
Luego llegó la etapa de Mauricio Macri en la Casa Rosada, que llegó gracias al sistema de balotaje, “siendo el primer presidente argentino elegido con este mecanismo”, indica el texto de Cristina Fernández. Esos años fueron titulados como “el retroceso: endeudamiento, estigmatización, persecución y proscripción” y caracterizado por una fuerte endeudamiento con el FMI por 57 millones de dólares, inédito en la historia del organismo internacional. “Este gobierno fracasó rotundamente, sin embargo obtuvo un 40% de los votos en la primera vuelta de las elecciones del 2019, que fueron ganadas nuevamente por el peronismo con más del 48% de los votos”, puntualiza.
Sobre la gestión de Alberto Fernández, dijo que en ese gobierno “el peronismo se torció y desordenó” y entre otras cuestiones gobierna en 5 de las 23 provincias argentinas y perdió la mayoría de la Cámara de Senadores. Aunque todavía cuenta con la mayor cantidad de diputados y senadores nacionales. Para “enderezar lo que se torció y ordenar lo que se desordenó”, la ex vicepresidenta remarca la necesidad de “crear un ámbito de discusión y participación que hoy no existe y que su ausencia solo genera confusión y vacío”.
“No tengo dudas que, en esta etapa, el partido es el lugar más apropiado para desarrollar el continente que genere el contenido y que este, además, tenga dirección y objetivos”.
Para terminar, manifestó que aceptaría el desafío de presidir el partido y tiene esperanzas en lo que se pueda gestar. “Nunca he ocupado un lugar sin tener la certeza de estar capacitada para la tarea encomendada; sin miedo ni presiones. Quiero decirles que estoy dispuesta, una vez más, a aceptar el desafío de debatir en unidad porque si algo tengo claro también, es que acá no sobra nadie. Sin embargo, la unidad necesita dirección y proyecto para construir el mejor peronismo posible en una Argentina que se ha vuelto imposible para la mayoría de sus habitantes”.