El debate en torno al cambio climático instala otras perspectivas, como por ejemplo qué actividades son o no aceptables, y en ese caso la necesidad de tomar en cuenta la crisis climática pero también la crisis económica.

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“El 90% de la variabilidad climática se explica por los efectos naturales. El calentamiento global viene de la mano de varios fenómenos físicos, entre ellos la actividad solar, el sol es el principal motor del clima que está calentando los océanos”, dice Oscar Dölling, director del Programa de Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan.

Le sale al cruce Bruno Sirote, militante de Jóvenes por el Clima en la ciudad de La Plata, estudiante de Derecho y Ciencia Política: “Nuestra organización no coincide con esa perspectiva. A partir de los procesos de industrialización aumentaron las concentraciones de dióxido de carbono y a partir de eso sube la curva global de las temperaturas. La emisión de gases y la acción humana es un factor determinante de este cambio climático”.

Esas perspectivas protagonizaron el contrapunto de un nuevo episodio del programa “De Ida y Vuelta, debates del campo popular”, producción sonora del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) que se emite en las emisoras de la red y en Spotify.

El debate en torno al cambio climático también instala otras perspectivas, como por ejemplo qué actividades son o no aceptables, y en ese caso la necesidad de tomar en cuenta la crisis climática pero también la crisis económica.

Está claro que se sufre la pérdida de biodiversidad y a la vez el desempleo, la pobreza y la desigualdad social. Hay varios estudios científicos que concluyen en que los gases de efecto invernadero causados por la actividad humana son los principales culpables del calentamiento global, lo que genera a su vez, que las olas de calor sean más largas y frecuentes.

Durante muchos años el centro de las discusiones internacionales sobre el cambio climático fue la mitigación: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con energías sustentables y deforestación cero.

En el 2022 Argentina presentó su plan nacional de adaptación y mitigación al cambio climático al 2030 que sintetiza las políticas del país para limitar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y generar respuestas coordinadas que adapten a los territorios, ecosistemas, sectores y comunidades vulnerables frente a los impactos del cambio climático.

Existen otras posiciones, incluyendo al negacionismo, que denomina la problemática ambiental como una “Teoría socialista”. Donal Trump es su mayor representante, ya que viene desde el año 2012 promulgando su escepticismo y a partir del 2015 amenazó con retirar a su país de todo acuerdo climático global.

“El calentamiento es por la actividad solar”

Dölling apunta su mirada: “Hay distintas definiciones de cambio climático, basadas en el tiempo en que se calculan promedios y desvíos estándar. El cambio climático tiene varios parámetros, el principal es la temperatura global. Para eso, hay que observar esa magnitud de las anomalías durante muchísimo tiempo, más de 100 años. Para poder definir un cambio deberíamos irnos muy atrás en la historia”.

“Yo he trabajado en la correlación de los indicadores, como la sequía, con fenómenos naturales, de anomalías solares. El sol es el principal motor del clima, es de donde proviene toda la energía. Los fenómenos solares impactan en forma directa o diferida. El 90% de la variabilidad climática se explica por los efectos naturales”, insiste.

El docente reafirma que “el calentamiento global viene de la mano de varios fenómenos físicos, entre ellos la actividad solar, es decir el sol es el principal motor del clima que está calentando los océanos. El calentamiento del Pacífico ecuatorial también tiene que ver con este fenómeno y es un tema periódico. Así como pasamos por tres Niñas sucesivas que son enfriamientos del Pacífico, luego se desencadenan episodios contrarios del Niño, que calientan a niveles superficiales del océano”.

“El mayor componente de explicación está en la actividad solar. Hablamos de ciclos solares, hay picos de actividad que siguen de periodos de disminución solar que es la que estamos viviendo. Estos procesos cíclicos marcan también los procesos físicos naturales de calentamiento oceánico y la interacción del océano con la atmósfera en este proceso de calentamiento a nivel atmosférico”, insiste.

“Estos aumentos -agrega-no son del presente, estuvieron en el pasado, desde el año 1400. Esas series históricas muestran que el planeta pasa por momentos de abundancia hídrica y sequías, y se trata de procesos naturales. La actividad solar está en su pico más bajo de la historia. Esto produce menos vapor de agua, es decir, menos nubes, que son la protección natural del continente, por ende, aumenta la temperatura superficial en los continentes”.

Aclara, finalmente: “Estoy a favor de limpiar el ambiente; el impacto de ensuciar la atmósfera y los ríos es importante a nivel social; ahora, gases como el de la actividad ganadera, pensamos que no tienen un impacto tan importante a nivel de cambios”.

“La acción humana es determinante”

El joven Bruno Sirote dice: “Intentamos tomar los datos más objetivos y constatados por la comunidad científica. Hay un aumento sostenido de temperaturas a lo largo de un período de tiempo, el cambio climático generado por acción humana se toma desde 1850. Las temperaturas aumentan por la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera”.

Acerca del planteo de Dölling, indica: “Nuestra organización no coincide con esa perspectiva, a partir de los procesos de industrialización aumentaron concentraciones de dióxido de carbono y a partir de eso sube la curva global de las temperaturas. Vemos como un factor determinante que la emisión de gases y la acción humana produce este cambio climático, que no necesariamente es calentamiento global, sino con la mayor recurrencia de fenómenos climáticos extremos”.

“Los informes científicos muestran que nos queda menos de una década para reducir y anular las emisiones de carbono si queremos sobrevivir al siglo XXI. El contexto histórico llama a exigir políticas públicas”, apunta.

Reconoce que “la crisis climática es multicausal”, pero repite: “Algo de lo más problemático que tenemos y que debemos solucionar es la emisión de gases de efecto invernadero, la quema de combustibles fósiles, las emisiones que genera la ganadería, la restauración de ecosistemas, la gestión de residuos para cortar con la contaminación. La crisis climática, ecológica, no es escindible de la crisis social y están íntimamente relacionadas”.

Asevera que “la crisis nos afecta a todos y el cambio climático ya llegó. A veces no se llega a magnificar lo que está crisis significa para la vida, los jóvenes militamos por la vida”.

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