Domingo 15 de Octubre del 2023 - De ida y vuelta

Jineteadas, ¿tradición cultural o maltrato animal?: debates del campo popular

Celebrada históricamente como una de las tradiciones más populares del campo, las jineteadas despiertan ese polémico debate. Sus seguidores las apoyan como deporte hípico, pero hay activistas que piden abolirlas porque las consideran maltrato animal.

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“La jineteada es un maltrato. Es un animal indefenso, lo atan entre muchas personas, lo hostigan, lo golpean. El animal está aterrorizado, golpeado, le clavan espuelas y lo azotan. El depredador lo está torturando, es un acto de extrema crueldad, anacrónico, brutal, innecesario”, dice Gabriela Rosas Tineo, presidenta de la ONG Voluntarios por los Caballos.

Le sale al cruce Sabastián Loustalot, presidente de la Comisión de Actividades Ecuestres de Deán Funes (Córdoba): “La jineteada es una actividad tradicional y cultural que se desarrolla hace muchísimo tiempo, y ha venido mutando y cambiando con los tiempos. Como todo. No hay violencia. Creo que hay mucha ignorancia cuando se dice eso. Hay una relación de amor hacia el caballo”.

Las jineteadas fueron el tema de discusión en un nuevo episodio de “De Ida y Vuelta, debates del campo popular”, la producción del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) que se difunde en las emisoras que son parte de la red y que también suena en Spotify.

Celebrada históricamente como una de las tradiciones más populares del campo, las jineteadas despiertan ese polémico debate. Sus seguidores las apoyan como deporte hípico, pero hay activistas que piden abolirlas porque las consideran maltrato animal.

La jineteada es aguantar sobre el lomo del caballo sin amansar. Dos posturas se ponen en discusión: por un lado, quienes aseguran que existe desconocimiento y que hay una cuestión política transversal; y por otro, sectores que en defensa de los animales dicen que la actividad debería ser suspendida.

Desde los centros tradicionalistas coinciden en que el caballo de jineteada es el que mejor vive: la actividad dura entre 6 y 14 segundos, dependiendo de la modalidad, y es la única vez que el animal es montado durante el fin de semana. Después vive en campo abierto, recibe muy buenas raciones y con suerte volverá a ser usado en algunas semanas. Algunos, aseguran, solo llegan a “trabajar” un minuto al año.

Para el proteccionismo, el maltrato existe cuando hay un mínimo nivel de sufrimiento innecesario para el caballo. La muerte y las lesiones son sucesos frecuentes.

“No hay violencia, hay amor”

Lo que cuenta Loustalot, desde su mirada, se sintetiza así:

– “La jineteada es una actividad tradicional y cultural que se desarrolla hace muchísimo tiempo, y ha venido mutando y cambiando con los tiempos. Como todo. Se ha hecho un trabajo muy profesional. Al principio la jineteada se hacía con espuelas metálicas, con puntas, que eran bastante agresivas”.

-“Hoy cambió rotundamente ese aspecto, a partir del asesoramiento con veterinarios y la modernización del deporte ecuestre. Las espuelas hoy en día son un elemento decorativo. Los caballos son reservados, se los mantiene en forma natural, están libres y sueltos en el campo, se busca que no tenga ni roce ni contacto de mansedumbre. Es un caballo que no quiere ser domado, un animal que tiene un perfil y un carácter preparado para este deporte de la jineteada: robusto, pesado, de estructura grande, con el perfil genético que se busca. Su trabajo dura unos 12 segundos y tratan de sacar al jinete de arriba. El jinete tiene que estar muy preparado, sino la pasa mal y tiene lesiones graves”.

-“Después de la jineteada vuelven a la maroma, están en grupo, trabajan en conjunto. Esa manada les da tranquilidad y relajación. Una vez terminado el espectáculo se van directamente al campo, son 12 segundos y termina su actividad. Volverán al ruedo en el próximo espectáculo”.

-“Hay caballos que tienen con las personas relaciones súper especiales, que no se pueden creer. Hay una relación de amor hacia el caballo. Es un vínculo especial que se genera que una vez que el caballo entiende que no le vas a hacer daño. No hay violencia. Es un animal que se ha conservado en su naturaleza, no se lo doma”.

-¿Cree que los sectores proteccionistas plantean que hay maltrato por ignorancia, porque exageran o por qué razón?

-Creo que hay mucha ignorancia. Hay que meterse en el mundo de las jineteadas, hay que saber lo que el tropillero cuida a ese caballo, aun sin mantener un encuentro cercano por la agresividad del caballo. Hay veterinarios de manera permanente, está SENASA mirando; caballo golpeado o que tenga un corte, no entra al ruedo. La misma gente si hay un caballo lastimado lo ve mal. Y el tropillero no va a permitir que salga. El tropillero ama el caballo libre, salvaje, brioso, y disfruta cuando su jineteada es espectacular, llegar a esos 12 segundos es lo más grande que hay. Si voy a una fiesta de las proteccionistas con una contraprotesta me van a decir que invado. Para la gente de campo la jineteada es una fiesta. Hay que regular y observar las jineteadas, hay que marcar normativas, pero no avasallando al otro, eso sí es violencia.

“Una crueldad extrema y un negocio”

Desde la otra vereda, la síntesis de lo que plantea Gabriela Rosas Tineo:

-“Como en todos los casos de maltratos naturalizados hay un punto de inflexión, que es la toma de conciencia de la mayoría de las personas, que esto no lo veía. Cosas que antes estaban naturalizadas ahora cambian. Esas cosas hacen ruido y empiezan acciones para que se respete a los animales y no se perpetúe el maltrato”.

-“La ley penal dice que las jineteadas son un maltrato. Es un animal indefenso, lo atan entre muchas personas, lo hostigan, lo golpean. Si infringe la ley que prevé los actos de crueldad, pero además si no existiera la ley existe el criterio y el sentido común. Si el animal está aterrorizado, golpeado, le clavan espuelas y lo azotan en público, imaginate lo que no se ve… el depredador lo está torturando, el animal no sabe que su dolor es un juego para otras personas. Es un acto de extrema crueldad, anacrónico, brutal, innecesario”.

-“Hay muchas actividades que implican crueldad o maltrato aunque no se basen en eso, suceden como una consecuencia”.

-“Tenemos contacto con asociaciones tradicionalistas, gente del folclore, de la parte cultural, no de la parte de las crueldades de esas tradiciones, que son como las corridas de toro o las riñas de gallo. En algún momento esto va a terminar porque no se tolera más esa violencia y la muerte de caballos en cada encuentro. La muerte no es extraordinaria ni sorprende”.

-“Mi familia es del campo, de trabajo en el campo, y he trabajado toda la vida con caballos. Amando esas tradiciones, no me parece que haya justificación para las jineteadas. El primer caballo lo vi morir a mis 9 años de edad. Un tordillo descogotado, lo arrastraron un tractor para sacarlo de la arena. Fue mi gran revelación, los caballos lastimados, sangrando, uno rengo, otro manco. Ví el detrás de escena y pude detectar que eso era consecuencia del maltrato y la violencia”.

-“Los 14 segundos promocionados son un corolario, hay una preparación de mucho tiempo, agarran a un animal hostilizado sistemáticamente. En el que además existen inversiones, se reditúan apuestas. Es la justificación de la propia esclavitud de nuestra especie humana, que ahora llevamos a otros animales. La única razón es que el animal se defienda de una manera vistosa para que genere ingresos”.

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