Trabajadores del Hospital Laura Bonaparte resisten el vaciamiento y convocan a un abrazo simbólico a la institución
El abrazo al Hospital Bonaparte está convocado a las 17 horas bajo la consigna “Vaciar es cerrar”. Una nueva jornada como parte de las acciones de resistencia contra los miles de despidos en el sector.
Escuchar/Descargar el reporte desde Radio Ahijuna de Quilmes, Buenos Aires.
El Hospital Laura Bonaparte, referente en salud mental y tratamiento de adicciones en la Ciudad de Buenos Aires, enfrenta una situación crítica tras los despidos masivos impulsados por el gobierno de Javier Milei. Este ataque se enmarca en una política de desfinanciamiento y vaciamiento que pone en riesgo no solo a esta institución, sino a la salud pública en general.
Este domingo, trabajadores y trabajadoras realizaron una jornada cultural con charlas y números artísticos como parte de las acciones de resistencia en la que exigieron la reincorporación de todos los y las trabjadoras despedidas. Además, convocaron a un abrazo simbólico al hospital este lunes a las 17 horas bajo la consigna “Vaciar es cerrar”.
Amelia Rebori, licenciada en Trabajo Social del servicio de Niñeces y Adolescencias del hospital, señaló que la situación es alarmante: “La lucha que dimos hizo que el hospital se visibilice mucho más, entonces las consultas se cuadriplicaron desde lo que era hasta después de octubre del año pasado, porque la gente nos empezó a preguntar mucho más qué es lo que hacíamos”.
Rebori también subrayó cómo el vaciamiento afecta a otras instituciones de salud pública, como los hospitales Garrahan, Posadas, Español y Sommer. “Es un ataque a la salud pública en general”, afirmó, destacando que la reducción de recursos impacta directamente en pacientes oncológicos, personas con tuberculosis y quienes viven con VIH.
También resaltó la respuesta de profesionales de la salud, pacientes y familiares para defender a la institución del primer intento de cierre por parte de La Libertad Avanza en octubre de 2024. “Logramos que el hospital no se cierre gracias al apoyo dela comunidad pero fundamentalmente por los familiares y usuarios contando de que esta es su vida, su identidad, que el hospital los alojó y acá encontraron un refugio, un hogar. Lo ponen ellos en palabras».
“Ese es el paradigma que atraviesa a todos los profesionales que trabajamos en este comunidad. Por eso la comunidad entendió que este hospital no es de los trabajadores, no es de un gobierno, este hospital es de la comunidad, y son ellos quienes lo defienden”, expresó Rebori.
Por último, agregó que más allá de la atención médica, el hospital ofrece un espacio de contención y dignidad: “Acá siempre lo recibimos con un abrazo, con un plato de comida si es necesario, tratando de que se sientan bien y que no son objetos a tratar, que son sujetos a derechos”.
Ver también: