El ajuste pega duro a las organizaciones que ayudan a las familias que más lo necesitan
Mientras el gobierno de Javier Milei privilegia a los ricos y a las multinacionales en perjuicio de la producción y el trabajo, en Santa Rosa, el merendero Fuerza Joven de Villa Parque, uno de los barrios más populares de la capital pampeana, tuvo que suspender las clases de apoyo porque ya no podían bancar el alquiler donde decenas de pibes y pibas disfrutaban de ese servicio y de la comida.
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En La Pampa el daño del ajuste económico a cargo del gobierno nacional golpea fuerte a las organizaciones sociales y comedores y merenderos populares que ayudan a las familias de los barrios más pobres.
Mientras el gobierno de Javier Milei privilegia a los ricos y a las multinacionales en perjuicio de la producción y el trabajo, en Santa Rosa, el merendero Fuerza Joven de Villa Parque, uno de los barrios más populares de la capital pampeana, tuvo que suspender las clases de apoyo porque ya no podían bancar el alquiler donde decenas de pibes y pibas disfrutaban de ese servicio y de la comida.
“Tuvimos que suspender porque no podemos seguir sosteniendo el espacio por el tema del alquiler. Todos sabemos que la situación está complicada y acá en el barrio no hay un SUM para poder continuar”, comentó Marta Fernández, de la organización, en diálogo con Radio Kermés.
Al lugar iban entre 10 y 15 pibes y pibas para tomar clases de apoyo escolar y también se les daba la merienda. “Era un espacio de contención porque, como sabemos, hay niños que estaban pasando situaciones de violencia y es muy triste, porque era un lugar, un día que ellos esperaban para estar ahí con nosotros y desconectar de su situación”, agregó.
Marta aseguró que al merendero llegan personas de todos lados, no solo del barrio. “Cuando abrimos el roperito vienen de todos los barrios o cuando abrimos el Facebook del merendero las mamás que están pasando una situación mala y nos escriben. A veces me golpean a cualquier hora pidiendo un litro de leche y es triste decir que no tenemos”, relató.
Por último, la mujer adelantó que van a seguir con las clases de apoyo. Por ahora, desde el patio de su casa porque “obviamente no los puedo cortar así”.
Mientras tanto, “seguimos con las donaciones de las panaderías cuando pueden, sino elaboramos y compramos leche, porque donaciones de leche mucho no hay y también tenemos roperito comunitario”.