¿Y por dónde queda eso?
Escribe Daniel Fossaroli, comunicador en Aire Libre (Rosario), e integrante de la Mesa Nacional del Foro Argentino de Radios Comunitarias.
*Por Daniel Fossaroli
¿Y por dónde queda eso? Y, mire, como decirle… queda lejos de la capital, tierra adentro, bien tierra adentro.
En uno de esos lugares queda el Paraje Tres Estacas, a 60 km, por camino rural, de la ciudad de Charata (Chaco), y a pocos metros del cartel que marca el límite territorial con la provincia de Santiago del Estero, entre montes y desmontes, viejos quebrachos y nuevos girasoles que avanzan esquivando la mirada al sol, casi como avergonzadas por usurpar lo que a la naturaleza le costó millones de años crear.
En ese lugar, unas 50 o 60 casas, la iglesia católica y la evangélica, el puesto sanitario y también el puesto policial, la escuela y el consorcio caminero, le dan forma a una creciente urbanización, que junto a la ruralidad, constituye una comunidad de casi 900 personas. Ellos y ellas le ponen vida y esperanzas a toda esa desafiante tierra adentro.
El 10 de octubre del 2009, en un gran escenario, frente a unas 60 mil personas que esperábamos el gran triunfo de las organizaciones libres del pueblo, dijimos que esa victoria debería llegar a cada rincón de nuestro país; y nos comprometimos como FARCO a estar en cada lugar donde haga falta una radio comunitaria. Hoy, después de 4.454 días de ese glorioso momento, nos encontramos aquí, finalizando el primer capítulo de una serie de varios cientos que las radios comunitarias queremos escribir en la historia.
Este episodio transcurre en la Escuela N°399 del Paraje Tres Estacas, donde un grupo de escribidores de historias soñó hacer realidad. ¡Tener su Radio Comunitaria!
Así, como la imaginó tan amorosamente Melisa, nadie pudo resistirse a tanta entrega y aún, a pesar de su ausencia, sus compañeros y compañeras mantienen viva la idea de que el Paraje tenga su propia radio comunitaria.
El sábado 18 salimos desde Rosario hasta Corrientes, donde hicimos una parada para descansar, recoger el equipamiento y también al antenista, que por esas cosas del destino se encontraba en esa ciudad capital, cuando más lo necesitábamos.
El domingo 19, tipo 8 horas, partimos rumbo a la localidad de Charatas, por la Ruta 16, con destino final en Paraje Tres Estacas. Como era de esperar, la temperatura estaba un poco elevada y el camino un tanto polvoriento. También teníamos previsto perdernos y no tener a quien preguntarle cómo llegar.
Llegamos al Paraje a las 14. 35 horas. Nos recibieron, como también era de esperar, con la mesa servida y con una gran fuente de carne asada, verduras y papas al horno que tenían sabor a encuentro y a gracias por venir.
Por fin lo conocimos a Raúl, carnicero, concejal y agricultor, y a Eva, quien apenas asumió como nueva directora tomó la posta y se puso al hombro el desafío de la radio comunitaria en la escuela.
Ambos fueron nuestros referentes locales desde el principio para consultas varias, por ejemplo:
– Hola Raúl, ¿te parece que para el 20 los albañiles van a terminar la obra?
– Si Daniel, yo creo que si, por que cuando los chaqueños nos ponemos a laburar, laburamos en serio.
– Hola Raúl, será que podemos contar con una amoladora y un metro de caño galvanizado de una pulgada para suplementar los amarres de los dipolos?
– Si, Daniel. Contá con eso.
– Hola, Eva. Te hago una consulta; a qué distancia está la sala que seguramente están terminando de construir de la torre donde está la antena, y si me podes mandar una foto de la punta del cable coaxial que baja de la torre.
– Hola, Daniel, buen día. Ahí mandé a preguntar al portero, así que yo te mando los audios que él me pasa de cómo está la antena y las fotos que me pedís de los cables.
– Gracias, Eva.
– Hola, Eva. Las fotos me confunden un poco; ese cable y esa antena están puestas en la torre?
– No, Daniel. El portero me dice que esa es la antena que se cayó hace mucho cuando estaba la otra radio.
– ¡Uyyyy! Creo que estamos en problemas. Mañana viajamos y no está la antena puesta en la torre, tenemos que hacer un seguimiento para saber dónde estarán los dipolos nuevos que tendrían que estar instalados
– Hola Daniel, este es el teléfono de los antenistas que vinieron a colocar la torre.
– Gracias Eva. Tranquila que ya localizamos al antenista y a los dipolos, estamos yendo para allá con antenista y todo para dejar la radio funcionando. Esta vuelta no nos para ni la pandemia ni sus contratiempos!!!
Después del almuerzo de bienvenida, con un poco de fiaca y 104 grados Fahrenheit, iniciamos la instalación. Alejandro, alias Michel, se puso los correajes y subió a la torre. Javier agarró el soldador y empezó a armar las conexiones. Y yo intentando asistir a ambos. Para las 21.30 horas, más o menos, cual sapucay de alegría, comenzó a sonar por la 100,1 del dial, en Frecuencia Modulada, la radio socio comunitaria del Paraje de Tres Estacas.
La respuesta no se hizo esperar ya que de forma casi inmediata y a unos 100 metros del lugar ocurrió algo que las radios de las grandes ciudades difícilmente podremos percibir: la emoción de sentir como las ondas hertzianas se transforman en ondas sonoras e invaden el aire del lugar.
Con tres sillas, una mesita, una cerveza y la carne que quedó del medio día, nos sentamos en el patio de la escuela a charlar y escuchar la música que venía del parlante de los vecinos que sintonizaban la radio al otro lado de la placita. Tipo 11.30 nos fuimos a dormir en una de las aulas de la escuela, pero con una gran incertidumbre. Para el norte el cielo estaba cargadito, con truenos, rayos y centellas, prometiendo un importante aguacero. Lo que para muchos puede significar solamente abrir un paraguas, para la gente del lugar significa no poder salir ni entrar al paraje durante varios días. Trabajo, escuela, trámites, compras, quedan suspendidos hasta que se sequen los caminos.
Aunque Raúl nos aseguraba que de acuerdo a lo que él había aprendido de su abuelo, observando el comportamiento de las hormigas, los sapos y los pájaros, entre otros signos de la naturaleza, no iba a llover hasta dentro de dos días… Las primeras gotas indicaban lo contrario y luego de una hora y media de lluvia, tipo 1.45 de la madrugada, cargamos todas nuestras pertenencias e intentamos huir del Paraje.
No llegamos a hacer 500 metros de la Escuela que la cuestión se empezó a poner fea. Acelerábamos y el auto apenas se movía. Fue como si el mismísimo camino nos estuviera diciendo que no deberíamos avanzar, que la cosa se iba a poner peor más adelante. Fue entonces cuando decidimos regresar y confiar en la sabiduría ancestral de Raúl.
Al amanecer, 6 de la mañana, el sol radiante y el viento sur, nos hicieron recuperar la fe en las hormigas, los pájaros y los sapos. Nos llenó del mismo espíritu y sabiduría ancestral para empezar con el taller.
Directora, vecinos, docentes, no docentes, alumnas, ex alumnos, portero, padres y madres, todos participaron de los talleres donde surgieron cientos de preguntas para ir trabajando paso a paso en distintas juntadas que les ayude a darle forma al proyecto de la radio que el paraje y su gente necesita. Una cosa estaba clara, la radio debía ser socio-comunitaria y no escolar.
Además, pudimos realizar una capacitación técnica para manejar, conectar, armar y desarmar el estudio, y para saber las precauciones que hay que tener para que los equipos, que tanto costo tener, duren mucho tiempo.
Gracias Eva, Raúl, Patricia, Álvaro, Santiago y Rocío por recibirnos. Gracias María Rosa, Roberto, Daniel, Yanina, Verón, Marisa, Diana, Darío, Miriam y Ramona. Gracias por confiar en FARCO. Por poner en nuestras manos la confianza de ayudar en el parto, justo unos días antes de navidad. Gracias por darnos la oportunidad de estar allí donde dijimos que teníamos que estar. Por escuchar, por contarnos lo que piensan y lo que sueñan. Gracias por las gracias.
Bienvenidas y bienvenidos a FARCO.
(*) Comunicador en Aire Libre Radio Comunitaria de Rosario e integrante de la Mesa Nacional del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO)
Ver también:
–Se instaló una nueva radio socio comunitaria en Tres Estacas
