Pasó la caravana latinoamericana por la cultura viva comunitaria
Durante mayo se encontraron en Argentina, la música, el teatro, el baile, la fotografía, la comunicación popular y la economía social. Cientos de voces y experiencias comunitarias de la Patria Grande en el 4° Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria. Radio La Mosquitera nos acerca su cobertura en este Expreso FARCO.
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¿Cuál debe ser el rol de los movimientos sociales y culturales de latinoamérca? ¿Cuál el rol del Estado para con la cultura? ¿Cómo se tejen las redes y cómo se hacen realidad los encuentros? Muchas de estas preguntas intentaron ser respondidas en la semana en la que Argentina fue anfitriona del movimiento de Cultura Viva Comunitaria y su cuarto congreso, que viajó por las provincias de Mendoza, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires. Muchas y diversas son las experiencias de trabajos comunitarios, populares y culturales, con diferentes tamaños, objetivos, realidades y claro, procedencias de toda la Patria Grande.
Durante el mes de mayo se encontraron en la Argentina, la música, el teatro, el baile, la fotografía, la comunicación popular y la economía social entendiéndola como parte de lo mismo. En una cobertura especial de Radio La Mosquitera de Mendoza, escuchamos las diversas voces sobre el encuentro.
La periodista argentina, Ana Cacopardo, comentó sus sensaciones: “Un intercambio muy fuerte de experiencias diversas, porque acá no hay solamente experiencias artísticas o de lo que podemos llamar lo que es el orden del arte y transformación social, sino experiencias que tienen en común el anclaje territorial y que tienen en común la construcción comunitaria, no como un cliché, sino como la construcción de un ‘nosotros’ fuerte que va a contramano de este capitalismo salvaje que nos arrasa”.
Por otro lado, Cristina Pambabai, ecuatoriana y parte de la red de Cultura Viva Comunitaria, dio su opinión sobre lo que se genera: “Esto es un tejido, primero se construye red, alianzas para conocer y aprender, intercambiar conocimiento para que nos ayude en un proceso organizativos. Es un proceso de base por lo tanto tu consigues aquí conocimiento para llevarlo y aplicarlo en tu país. También seamos sinceros, mientras más somos puedes lograrlo, no somos cualquier masa, somos una masa consciente”.
Otra de las motivaciones del congreso es la planificación de estrategias que se pueden dar para con la relación con el Estado, en sus distintos niveles. Horacio «Tato» Rivas, de Radio La Mosquitera, indicó que “el Estado es el principal promotor de la cultura, entonces lo que gestan los distintos gobierno, en general, son oficinas de gestión de eventos. Hacen eventos, ‘hacemos el recital de tal acá, la movida de tal artista allá’… Porque sí, desde esas oficinas se ve a la cultura solamente como el hecho artístico”.
A su vez, en varios países de latinoamérica, y en Brasil sobre todo, se dio una política pública, como fue la de Puntos de Cultura, que apoyó a movimientos y organizaciones en su quehacer, aún con muchas dificultades. David Alexandrisvki, fotógrafo brasilero contó que “es una propuesta muy compleja, imagina que para sacar dinero público en Brasil se tiene un conjunto absurdo de compromisos burocráticos. El estado no da cuenta de controlar todo eso, somos hoy como 3400 puntos de cultura, cada rendición de cuenta para justificar los gastos de dinero son como 100, 200 hojas”.
¿Qué se hace y quiénes son parte de este movimiento de cultura comunitaria?
En Bolivia, Isvet de la organización Inti Paxi, indicó de su labor desde La Paz: «Trabajamos con niños, con jóvenes, principalmente desarrollando habilidades, fortalezas en ellos, porque pensamos que ellos pueden transformar el mundo. Utilizamos el arte, hacemos educación con arte, trabajamos con memoria histórica, especialmente, porque creemos que un pueblo sin memoria es un pueblo sin historia”.
En Perú, Luis González trabajó desde Pucalpa en la amazonia peruana: “Trabajamos con comunidades que normalmente lo comunitario estaba en efervescencia, pero rápidamente se ha perdido. Están insertado en un mundo de competencia brutal… siempre remar contra la corriente, y hasta a veces se hace difícil, pero al encontrar un espacio que los acoge un espacio donde se siente respetados, escuchados, empiezan a priorizar otras cosas también, el trabajo colectivo y con las familias».
A lo que agregó el trabajador socio comunitario peruano que «este barrio de mucha delincuencia, mucha droga, y sin embargo un grupo de madres ha comenzado a responder y a trabajar con nosotros en proyectos, se empieza a activar lo comunitario que está en la esencia de la gente”.
En Argentina, Julián Cucarese de El Transformador mostró como se inventan cosas, al ritmo de las crisis: “Muchas veces las crisis nos ponen un poco a crear. Yo creo que lo que pasó en esa crisis social y económica que nos dejó a todos pata para arriba, justamente fue salir con mucha creatividad a crear formas nuevas, las ollas populares, salir a las calles, convocar a los vecinos, a esa clase media que no se moviliza para nada y de repente empatiza un poco con otros sectores populares. Me parece que eso sucedió que durante estos últimos muchos de esos proyectos lograron consolidarse».
Desde España Muki Maciel desde la Casa Colorida en Galicia compartió algunas similitudes y otras diferencias. “Entendemos que el mundo tiene que ser otra cosa, que la vida tiene que ser otra cosa. Y el contexto de Latinoamérica y España es muy diferente pero porqué hacemos lo que hacemos… Creemos que hay otro mundo posible, creemos que hay otra forma de entendernos, otras formas de colaborar, otras formas de crear,y por eso la hacemos, básicamente. Otra forma de concebir la cultura, otra formas de concebir las economías, y desde formas más colaborativas y más humanas, donde nos cuidamos, nos acompañamos y nos entendemos”, explicó.
El encuentro, que culminó el 18 de mayo en Buenos Aires, decidió que el próximo congreso del 2021 se realizará en el Perú.
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