El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas es el corazón de la política de ciencia y técnica de los últimos 10 años que fue elogiada en el mundo y que permitió repatriar a más de 1000 científicos que se habían ido del país.

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La reducción es la mayor desde 2004 y para la comunidad científica representa un grave retroceso. De esta manera, el año próximo ingresarán 385 nuevos investigadores al CONICET, menos de la mitad de los que entraron en el concurso 2015.

«Esta reducción contradice la política de Estado desarrollada en los últimos doce años. En particular, atenta contra el plan Argentina Innovadora 2020, que fijaba el objetivo de alcanzar 5 investigadores por cada mil habitantes de la población económicamente activa, para lo cual fijaba metas taxativas para el crecimiento del CONICET», expresó el grupo Ciencia y Técnica Argentina a través de un comunicado.

En comunicación con Informativo FARCO, el becario del CONICET, Augusto Varese, integrante también del Colectivo de Científicos y Universitarios Autoconvocados, explicó: «en los ingresos a carrera, uno tiene becas por 5 años, con eso me perfecciono, me formo 7 años más hasta ingresar a carrera y ser parte firme del sistema científico argentino. Una reducción en el ingreso a carrera es la expresión del ajuste  en ciencia y técnica (…) Si hay menos investigadores hay menos proyectos de investigación y el sistema científico sufre exponencialmente».

Varese opinó que la decisión representa una vuelta a la fuga de cerebros, es decir a la salida del país de científicos que no ven posibilidades acá.
«No hay otro ente de este tamaño que pueda destinar tantas becas y el sector privado no invierte en investigaciones, porque no les interesa. Es un panorama de fuga», dijo y aclaró que desde 2004 se habían incorporado y reicorporado muchos científicos -especialmente jóvenes- a la planta nacional a partir de las políticas públicas de desarrollo científico.

Desde el grupo Ciencia y Técnica Argentina también advierten que este modelo deja de lado el impulso al desarrollo industrial, alejando al sistema de Ciencia y Tecnología de las necesidades y demandas sociales y desincentivando el pensamiento crítico, además de favorecer la desprotección de industrias estratégicas como la satelital o la de radares y con las denuncias infundadas al conjunto de las universidades.

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