Radio Nexo nos trae en este Expreso FARCO un repaso por el Cordobazo, desde el contexto en el que se desarrolló y como fueron sucediendo los hechos; con una reflexión crítica sobre la actitud sindical pasiva de la actualidad.

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El 29 de mayo pasado conmemoró el 50° aniversario del Cordobazo, una de las luchas de estudiantes, trabajadores y trabajadoras más importante de nuestro país. Pero no todo comenzó ese año. Desde el golpe militar de 1966 al gobierno de Arturo Illia y la posterior asunción de Juan Carlos Onganía, se comenzaron a vivir tiempos de censura y represión en nuestro país.

En septiembre de ese año, cuando se llevaba a cabo una manifestación de estudiantes en rechazo a la intervención de las universidades, la policía reprimió a balazos hiriendo mortalmente a Santiago Pampillón quien, por su condición de obrero y estudiante, se convirtió en el símbolo de la unión de ambos sectores sociales.

El régimen militar, con sus políticas económicas afectaba fuertemente a la industria nacional. Devaluación, congelamiento de precios, despidos, eliminación de subsidios a la producción nacional y las intenciones de modificar las condiciones laborales generaban malestar en los obreros de las industrias de la provincia.

En este contexto surgen las figuras de los principales referentes sindicales, entre ellos Agustín Tosco, Elpidio Torres y Jorge Canelles quienes comenzaron a manifestar su descontento   ante la pasividad de la CGT Nacional.

“La clase obrera de Córdoba quiere una CGT unida, no una CGT sectaria ni sometida a ningún partido político. Quiere una CGT que responda a las bases obreras y defienda, con unidad en la lucha y con unidad orgánica los derechos de los trabajadores de Córdoba. Eso queremos y eso es lo que vamos a defender”, dijo Agustín Tosco en una de sus intervenciones.

En marzo de 1968, en el congreso de la CGT un sector disidente al de Augusto Timoteo Vandor constituye la CGT de los Argentinos, aunando a gremios independientes y del interior del país con la figura de Raimundo Ongaro como líder.

“Este es el camino que debe seguir la clase obrera. Este es el camino que debe seguir el pueblo argentino sometido por esta dictadura infame”, expresó el dirigente en medio de cánticos a viva voz que decían “Córdoba exige la huelga nacional”.

En diferentes puntos del país como Tucumán, Corrientes y Rosario se producen manifestaciones en contra del régimen de Onganía, que terminan con represión y muertes de estudiantes.

Ya en 1969 la CGT nacional establece un paro general para el 30 de mayo. La CGT Córdoba adelanta la fecha un día, parando por 48 horas de manera activa y con movilización.

“Se adelanta el paro, los obreros van a las fábricas y abandonas sus tareas desde las 10 u 11 de la mañana y comienzan a marchar hacia el centro. Estaba planificada la utilización de los ‘clavos miguelito’, de las bombas molotov y de personas apostadas en los techos, fundamentalmente en el barrio Clínicas, defendiendo a los compañeros que estuvieran en las calles peleando contra la policía. Estaba todo organizado y si se adelantó fue efectivamente para hacer lo que hicieron”, consideró el periodista y escritor Juan Cruz Taborda Varela.

Las diferentes columnas de obreros y estudiantes comenzaron a movilizarse desde diferentes puntos de la ciudad hacia el centro. En el camino se producen enfrentamientos con la policía. Producto de los disparos de las fuerzas de seguridad muere el trabajador de IKA Renault Máximo Mena. Esto, en lugar de apaciguar los ánimos exacerba la resistencia y la violencia., la ciudad se convierte en un campo de batalla: barricadas en las esquinas, el uso de bombas molotov y piedras por parte de los manifestantes, sumado a la participación de los vecinos, que desde lo alto de los edificios lanzan objetos hacia las fuerzas de seguridad.

Al caer la tarde, el III Cuerpo del Ejercito recibe la orden del gobierno nacional de ocupar la ciudad de Córdoba y se determina el toque de queda. El saldo de la jornada fueron varias personas muertas y cientos de heridos. Tosco, junto con otros referentes sindicales, fueron detenidos y condenados.

El gobierno militar, claramente afectado por esta situación, desplaza del gobierno de Córdoba a Carlos José Caballero y designa a Jorge Carcagno para mantener el orden y la paz a toda costa. Al año siguiente, al cumplirse el primer aniversario del Cordobazo, el expresidente Pedro Eugenio Aramburu es secuestrado y asesinado por Montoneros, lo cual determina la definitiva destitución de Onganía. Córdoba fue la provincia que le dio el impulso necesario a las otras provincias para seguir rechazando la dictadura de Onganía y de sus intenciones de perpetuarse en el poder.

El Cordobazo significó un antes y un después en la lucha obrero y sindical. “En aquel momento, la movilización de trabajadores fueron por razones mucho menores que las que se viven actualmente. Si uno piensa en términos de derechos laborales y el retraso que ha habido en términos de estos derechos laborales, hoy la situación es mucho más crítica y más dura que lo que fue con Onganía”, expresó Taborda Varela.

Y remarcó: “En términos económicos la situación hoy es mucho peor de lo que era en 1969. En términos de pobreza, de inflación, avasallamiento de los derechos laborales, cierre de industrias”.

En este sentido el periodista destacó la importancia de que en aquel momento hayan existido dirigentes sindicales que entendieron el valor de la unidad. “Tosco y Elpidio Torres estaban en las antípodas ideológicas. Sin embargo, pudieron articular acciones. Esa es la gran enseñanza que dejaron en 1969, de la cual podemos decir que los actuales dirigentes sindicales han aprendido poco”.

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