Domingo 19 de Noviembre del 2023 - De ida y vuelta

Encuestas, ¿aporte a la claridad o chantada?: debate de ida y vuelta

“Las encuestas on line tienen un sesgo grande, porque la búsqueda se hace mediante un algoritmo y por lo general el algoritmo se acostumbra a buscar sólo a las personas que responden encuestas. Por lo tanto es una encuesta de las personas que responden encuestas, no un muestreo aleatorio, dejan a un montón de gente afuera”, advierte Fernando Lanza, politólogo y master en Estudios Electorales, docente universitario en la Universidad Nacional del Comahue.

Desde otra mirada, Marina Acosta, directora de Comunicación de la Consultora Analogías, sostiene: “las encuestas son una herramienta fundamental para conocer a la opinión pública y en los contextos electorales no tienen una función predictiva o poder adivinatorio, ahí vienen las críticas… el claro interés es detectar flujos de opinión y lo que se intenta hacer es acercarse a la opinión pública”.

Los sondeos, su metodología, su oportunidad, su forma de difusión, su alcance legal y político: ese fue el tema de discusión del capítulo 19 del espacio “De Ida y Vuelta, debates del campo popular”, que se difunde en las emisoras que integran el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) y que también suena en Spotify.

El año fue especialmente agitado desde lo electoral, y también en cuanto a la difusión de encuestas. ¿Son una herramienta imprescindible que aporta claridad y certeza? ¿Se usan para hacer pequeñas trampas? ¿Son serias o hay mucha chantada?

A lo largo de nuestra historia democrática las encuestas electorales ayudaron a calmar el vacío de información que se presenta previamente al día electoral. Ayudan a conocer cuál es la voluntad y el clima social y político que impera en ese momento. 

Pero en los últimos años y sobre todo en las últimas elecciones nacionales e internacionales, se multiplicaron los cuestionamientos sobre los errores y pifias que se publican en los medios de comunicación los días previos a las elecciones.

Al comienzo de una campaña electoral, las encuestas permiten captar el humor social, las preocupaciones de la gente y el grado de conocimiento de las dirigencias políticas que aspiran a una candidatura, así como sus puntos débiles y fuertes ante la opinión pública.

Estos insumos son útiles para que las fuerzas políticas puedan definir el tono de la campaña, la agenda de temas y las estrategias de posicionamiento de las y los candidatos.

Durante el desarrollo de la campaña, las encuestas permiten monitorear el grado de aceptación que logran las propuestas y las candidaturas.

La distancia entre los resultados de las elecciones y los pronósticos de las encuestas de intención de voto es un fenómeno que data ya de varios ciclos electorales, tanto en Argentina, como en otros países del continente y de Europa. 

Al alto costo de las encuestas tradicionales y el surgimiento de nuevas formas “virtuales” de medir la opinión, se suma el problema de que son cada vez menos quienes quieren responder a una encuesta.

Las encuestas no son sólo electorales y siguen siendo, con todos sus defectos y virtudes, una herramienta vital para el trabajo comercial y político.

“Se ha perdido paciencia y pasión”

Dice Fernando Lanza que “los muestreos son una herramienta metodológica que tiene sus características de rigurosidad cuando la realiza un profesional responsable, tiene características que hay que respetar sí o sí, las técnicas de muestreo se diseñaron hace más de un siglo. Los muestreos electorales son un derivado de eso, se hacen pequeñas muestras y se utilizan”, diferencia.

“Si uno hace una muestra bien diseñada, como corresponde, teniendo en cuenta la población que se va a medir, hay que tomar muestras en forma azarosa pura, y ese muestreo en 400 casos tendrá un margen de error determinado, del 5%, con cualquier indicador que marque porcentual”, aclara.

-¿Por qué ha habido tantas críticas a las encuestas, tanta desconfianza?

-Una cosa es un muestreo domiciliario y presencial, hay otros que son telefónicos, otros que empezaron a aplicarse hace 8 o 10 años que son on line, y esos muestres tienen un defecto, hay un sesgo que aumenta el margen de error. El problema de las encuestas telefónicas era en algún momento que el teléfono fijo estaba en el macrocentro, ya era un sesgo, se excluía de la muestra a sectores populares. Después esas líneas fijas cayeron en desuso. Los muestreos se aplican en celulares, eso fue haciendo decrecer la calidad del muestreo. Hay que hace más de 4.000 llamados para tener 400 respuestas y hay errores más importantes. Paralelamente empezaron las encuestas on line. Esas encuestas se están usando mucho, aunque tienen un sesgo muchísimo más grande y las hace una computadora. Las domiciliarias son las mejores si se hacen con encuestadores profesionales, entrenados. Esas encuestas son las mejores, pero son caras y llevan más tiempo. Entre colegas y clientes han perdido paciencia, no pueden esperar una semana o semana y media. Se ha perdido también la pasión investigativa.

-Las encuestas mueven además mucho dinero: ¿vos crees que a partir de la existencia de ese negocio, además de los errores de investigación hay un porcentaje de chantada directamente?

-Lo que se publica de estudios cuantitativos, por medio de encuestas, pertenecen a campaña política, es propaganda, hay que tomar todo con mucho cuidado. Los resultados se deben tomar con precaución, se puede caer en la trampa de estar leyendo propaganda. Las encuestas electorales en general son secretas. Los trabajos profesionales bien hechos no salen a la luz mediáticamente, porque hay indicadores que si se muestran se pueden volver en contra. Muchos de los trabajos bien hechos son secretos y sólo sale a la luz lo que se busca que trascienda. Se ha usado una herramienta legítima y correcta para hacer campaña, y en eso se ha errado en los últimos 15 años, antes los profesionales eran más prudentes para publicar resultados.

“Muchas veces la gente miente”

Marina Acosta apunta que “nosotros trabajamos con clientes del ámbito público y privado, lo hacemos además con una modalidad en la que todos los meses presentamos una encuesta que hacemos a nivel nacional, con diferentes temáticas, temas que están en la agenda y otros que creemos importante introducir para saber percepciones de la opinión pública. Esa encuesta la hacemos pública, hay clientes que a veces nos piden que sus trabajos no sean publicados”.

-¿Ha habido incremento en el interés por las encuestas y sondeos, o ha sido una característica permanente en Argentina?

-Las encuestas y sondeos siempre han tenido lugar preponderante en la ida pública y política. No creo que haya aumentado el interés, son una herramienta fundamental para conocer a la opinión pública. Las encuestas son fotos que se le sacan a la opinión pública o a un electorado, pero no se adivina, se detecta un flujo de opinión.

-Sí han crecido los cuestionamientos, ¿crees que pueden hacer algo para remediar esas críticas o crees que forma parte de la actividad pifiarla cada tanto?

-Forma parte del trabajo. Las críticas más fuertes que se hicieron últimamente fueron a los resultados de las PASO, porque ninguna encuestadora tenía a Milei encabezando la intención de votos. No estaba en términos cuantitativos, pero las consultoras de opinión trabajamos también con herramientas cualitativas, como los grupos focales, que ya detectaba la presencia de un flujo importante de opinión relacionado con la ultraderecha. Esa diferencia se dio porque una parte de los votantes son anti-sistema y las encuestas trabajan con muestras representativas. Lo que obtuvimos es que un bloque de ciudadanos no aparece representado en la encuesta porque prefiere no participar. Y muchas veces en las encuestas la gente miente. A veces cuando aparecen esas cosas es por eso.

-¿Entonces qué efectividad tienen?

-Son casos especiales. No todos los votantes pertenecen a un electorado anti-sistema. En general la muestra se consigue, y tiene su margen de error. Después de eso prácticamente todas las encuestas diagnosticaron la segunda vuelta que finalmente ocurrió. Y en el balotaje se coincidió en un escenario de paridad. Las encuestas nos sirven para acercarnos a la intención de voto.

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