Miercoles 06 de Mayo del 2015 - Tartagal

15 comunidades indígenas afirman que una obra pública destruirá lugares sagrados

El primer tramo de la construcción del Gasoducto del Nordeste arrasaría con cementerios y sitios protegidos para las comunidades. Como forma de visibilización, mantienen un corte en la Ruta Nacional 86. El cacique David Sánchez explicó la importancia de estos lugares para su cosmovisión.

Escuchá el reporte de Horacio Simplicio, de La Voz Indígena.

Hace varios días más de 15 comunidades de pueblos originarios protestan en la Ruta Nacional 86. Exigen un espacio de diálogo con la empresa Vertúa para participar en la construcción del primer tramo del gasoducto del NEA que pasa por territorio indígena. Sin embargo, reconocen que tanto el Estado como la constructora no respetaron las opiniones de los caciques que vienen denunciando la destrucción de  espacios considerados sagrados y cementerios.

David Sánchez, cacique y presidente de la comunidad Kilómetro 6, «tengo mi familia que nació en ese lugar conocido como Las Maravillas en ruta 54. Nosotros como aborígenes sabemos que están los cementerios (…) ahí están nuestros abuelos y nuestras familias. Son como 200 tumbas. Me siento sorprendido de cómo puede ser que nos abandonen y nos discriminen, no nos han respetado». 

Además, exigen un centenar de puestos de trabajo para integrantes de sus comunidades, en este primer tramo que se extiende desde Campo Durán (Salta, Dpto. San Martín) a Los Blancos (Formosa).

La construcción del Gasoducto del Nordeste (GNEA) fue anunciada en agosto y es de carácter «estructural» al permitir la extensión de la red domiciliaria de gas en las provincias de Salta, Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos.

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